Las mujeres, alumnas de su escuela de interpretación, denuncian audiciones en las que se las alentaba a desnudarse, clases magistrales de escenas de sexo y rodajes de orgías para películas que nunca vieron la luz
Los escándalos sexuales vuelven a señalar a James Franco. Después de que varias mujeres le acusaran públicamente de acoso hace ahora un año, este jueves dos exalumnas de su escuela de interpretación han decidido tomar medidas legales y han interpuesto una demanda por abuso y explotación sexual.
La demanda presentada por Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal alega que el actor y sus socios crearon la academia Studio 4 para aprovecharse de sus alumnas.
Las demandantes, que han planteado su litigio como demanda colectiva a la que esperan que se sumen otras alumnas, argumentan que pagaron cientos de dólares a cambio de la oportunidad de recibir clases de interpretación de Franco, así como participar en audiciones exclusivas para papeles en sus películas independientes. Sin embargo, esos roles nunca se materializaron. En cambio, las mujeres han declarado que se vieron inmersas en clases que consistían en "simulaciones de actos sexuales que iban mucho más allá de los estándares de la industria" y en las que Franco abusaba repetidamente de su poder.
Las exalumnas también han denunciado que la escuela ofreciera una clase magistral de escenas de sexo para la que se requería enviar cintas de audición previas. Al parecer, el centro dirigido por Franco las alentó a desnudarse y a improvisar actos sexuales durante las grabaciones, además de obligarlas a renunciar a sus derechos sobre las cintas para poder continuar con el curso.
Las mujeres han declarado que, durante una de estas clases, Franco simuló practicar sexo oral a sus alumnas en lo que presuntamente era el rodaje de una orgía para una de sus películas. El mayor abuso ocurrió cuando el actor decidió quitar las protecciones de plástico que cubrían sus vaginas justo antes de realizar su supuesta interpretación.
La demanda exige indemnizaciones para todas las afectadas de este “ambiente de acoso y explotación sexual, tanto dentro como fuera de las clases".
Las mujeres también reclaman la devolución o destrucción de cualquier grabación que se produjera en Studio 4, muchas de ellas rodadas como parte de supuestas películas independientes que nunca llegaron a estrenarse.
Antecedentes y acusaciones previas
Esta no es la primera vez que James Franco se ve inmerso en un escándalo sexual. En 2014, el actor se vio envuelto en la polémica al hacerse públicas capturas de unas conversaciones vía Instagram que mostraban sus insistentes intentos de convencer a una menor de 17 años para tener sexo.
La ceremonia de los Globos de Oro de 2018 volvió a desatar la controversia. La polémica explotó mientras Franco recogía su premio como Mejor Actor Protagonista en The Disaster Artist, con un pin de la organización Time’s Up en su solapa. Fue entonces cuando varias actrices aprovecharon para cargar contra él en las redes sociales. Las mujeres aseguraron que Franco había protagonizado episodios de abuso sexual en el pasado y que llevar una de esas insignias en contra del machismo le convertía en un hipócrita.
Unos días después del escándalo, Los Angeles Times publicó un reportaje en el que cinco mujeres, una de ellas la también demandante Tither-Kapla, acusaban a Franco de explotación sexual y comportamiento indebido.
El actor todavía no ha hecho ninguna declaración acerca de las acusaciones que relata la reciente demanda. Sin embargo, sí que respondió a las anteriores denuncias públicas en una entrevista con Stephen Colbert en The Late Show:
"Las cosas que he oído que están en Twitter no son precisas, pero apoyo completamente que la gente salga y sea capaz de tener una voz porque no tuvieron una voz durante mucho tiempo”. Y concluyó: “Si he hecho algo malo, lo arreglaré. Tengo que hacerlo”.
Parece que no.