Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Now
Trump prefiere seguir creyendo en la versión de Arabia Saudí antes que en la de la CIA
19 Noviembre 2018 13:22
La investigación secreta de la CIA sobre la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi señala al príncipe Mohammed bin Salman como quien ordenó el brutal asesinato. Khashoggi fue visto por última vez entrando a el consulado de Arabia Saudí en Estambul, donde fue secuestrado y después descuartizado vivo por funcionarios saudíes, que actuaban bajo las órdenes del príncipe heredero.
Los resultados de la investigación de la agencia de inteligencia estadounidense han sido publicados este pasado fin de semana por The Washington Post, periódico con el que Khashoggi colaboraba. El Post dice que la CIA ha llegado a esta conclusión después de consultar numerosas fuentes de inteligencia. La investigación apunta, por ejemplo, a que el hermano del príncipe, Khalid, llamó a Khashoggi para convencerle de que se presentase en el consulado para retirar la documentación que requería para casarse de forma segura. Khalid indujo a Khashoggi al consulado siguiendo las directrices de su hermano.
La CIA también asegura que Maher Mutreb, un oficial de seguridad del círculo de confianza del príncipe llamó a Saud al-Qahtani, uno de los consejeros del heredero, para informarle que la operación había concluido con éxito.
Tras hacerse pública la noticia, Khalid bin Salman ha rechazado las acusaciones y ha alegado que el último contacto que tuvo con Khashoggi fue en octubre de 2017. Desde la desaparición de Khashoggi, el régimen saudí ha negado de distintas maneras la implicación de la familia real en el asesinato del periodista. Después de diferentes versiones, contradictorias entre sí, el régimen reconoció la muerte del periodista, pero responsabilizó a cinco agentes saudíes por el caso, cuyas órdenes eran detener a Khashoggi pero nunca matarlo. Según la versión de la fiscalía saudí, estos acabaron con su vida cuando el periodista se resistió. Entre los acusados, está el jefe forense del servicio nacional de inteligencia saudí, a quien se le atribuye el descuartizamiento de Khassoghi durante 7 largos minutos. Se pide para él y los otros cuatro agentes la pena de muerte.
La versión de la CIA, sin embargo, se corresponde con la de las autoridades turcas, que apuntan a bin Salman como cerebro de toda la operación, que en todo momento pretendía la muerte del periodista de la forma más brutal y la posterior desaparición de los fragmentos del cuerpo.
Khashoggi, un influyente director de periódicos en Arabia Saudí, vivía desde hacía años en Estados Unidos y se había convertido en un elemento incómodo para la familia real saudí. En los planes del príncipe estaba dar un fuerte escarmiento a cualquier crítica contra el régimen por parte de los medios de comunicación.
Las revelaciones del Post han puesto en una encrucijada a Donald Trump, que ha querido que el escándalo afectase lo menos posible los tratos comerciales entre EEUU y Arabia Saudí. El presidente dijo en un principio que Arabia Saudí recibiría fuertes sanciones en caso de confirmarse su implicación en la muerte del periodista, pero ha sorteado posicionarse hasta que no hubiese investigaciones concluyentes. Tras la conclusión de la CIA, Trump parece seguir teniendo la versión de Arabia Saudí como su favorita al menos para salvaguardar los intereses económicos de la superpotencia con la monarquía árabe. De regreso de California, donde ha hecho una visita a los territorios afectados por los incendios, Trump dijo que había hablado con el director de la CIA y había sido informado sobre el asunto. El presidente aseguró que el martes de esta semana tendrá un informe completo y su portavoz dijo que "quedan numerosas preguntas sin respuestas".
share