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Cuidarse también es un acto político, y sobre todo si ese descanso sirve para acabar de una vez el discurso de que "trabajar duro" es enterrar tu vida
20 Diciembre 2018 17:40
Alexandria Ocasio-Cortez para. Es solo momentáneo, eso sí, y seguramente para tomar un impulso aún mayor de cara al nuevo año.
La congresista más joven de la historia de Estados Unidos ha anunciado en sus stories de Instagram que va a tomarse una semana de descanso para cuidar de sí misma. Así de sencillo y así de difícil también.
Ocasio-Cortez lo ha explicado muy gráficamente.
Aunque su boom ha explotado hace unos cinco meses, escribe, lleva haciendo incansable campaña durante los dos últimos años. "Antes de la campaña hacía yoga 3 o 4 veces a la semana, comía bien, leía y escribía en mi tiempo libre. Cuando todo explotó, eso se acabó. Pasé de hacer yoga y cenar arroz salvaje con salmón al fast food y a dormir con los vaqueros y sin quitarme el maquillaje. Vivimos en una cultura donde a eso se le suele llamar, de manera halagadora, "trabajar duro", pero yo soy la primera en decir que eso no es guay y te hace la vida más dura.
Ocasio-Cortez habla en términos políticos porque de las feministas veteranas aprendimos que lo personal es político. Cubrir las lagunas sociales, emocionales o incluso logísticas que implica descuidarse a uno o una misma, o disponer de un tiempo personal de peor calidad viene a incidir en la idea de que hay que ser un superhumano para postularse a un cargo político. Y eso desanima, claro está, con lo cual las élites siempre lo tendrán mucho más fácil para seguir siendo las representantes de la sociedad.
"Nadie en el Congreso es un superhombre o una supermujer, y muchas campañas se han basado en contar esa historia de los candidatos con la que yo no estoy de acuerdo", ha publicado. También incide en que las conversaciones y el debate en torno a cuidarse a una misma le parece especialmente atractivo cuando se trata de personas que vienen de un contexto de clase obrera, migrante o pobre.
"Mi madre era ama de casa y trabajó hasta la extenuación para que yo pudiera ir a la universidad. Ella se negó tanto a sí misma que yo me siento culpable de tomarme un día libre, hacerme un tratamiento facial o ir a cenar con amigos. ¡Mi padre sí salía todo el tiempo, aunque los dos trabajaban duro!", afirma. "No está bien que las mujeres perpetúen cargas desiguales durante generaciones solo porque se nos haga sentir culpables. Démonos cuenta de cuánta de esta culpa está reforzada e internalizada con las costumbres sociales: si un niño está con su padre por ahí, el padre está haciendo "créditos extra", pero si la madre no está con sus hijos la pregunta es '¿quién se está encargando de ellos?'".
De lo que habla Ocasio-Cortez es de igualdad social y de género, aunque obviamente sus críticos -que van a ridiculizar y menospreciar cualquier gesto o palabra que haga o diga- han preferido descalificarla infantilmente.
En Fox, por ejemplo, la acusan de que "no ha empezado aún su nuevo trabajo y ya está tomándose descansos" , en el ultraderechista Breitbart dicen que "se va una semana de abluciones" y el tertuliano del conservador Newsmax John Cardillo se ha descolgado dejando escrito que "una camarera en paro que vivía del dinero de donaciones necesita vacaciones antes de empezar a vivir de los impuestos de los demás".
Blablablá. Ocasio-Cortez gana otra vez.
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