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Este plan para salvar la Antártida es tan loco que ni sus autores se lo creen

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Cuando los científicos empiezan a hacer cosas absurdas... deberíamos asustarnos de verdad

PlayGround

30 Julio 2019 20:33

Salvar la Antártida con millones de toneladas de nieve artificial espolvoreada desde el cielo. Esta la propuesta de un paper publicado en Science Advances. Sí, la cosa está tan mal que lo que debería sonarnos a ocurrencia fumeta es la premisa de un trabajo científico. Bien hecho, humanidad.

Investigadores del Instituto de investigación de efectos climáticos de Potsdam proponen sacar trillones de litros de agua del mar, desalinizarlos y rociarlos sobre la Antártida para convertirlos en nieve. Esa ingente cantidad de nieve debería contribuir a disminuir la velocidad del deshielo, y por tanto a detener, o mitigar, el aumento potencial del nivel del mar.

Si la idea te parece descabellada, no estás solo. Incluso los propios investigadores no recomiendan llevar a cabo su plan. Lo plantean, dicen, para que la gente se de cuenta del peligro al que nos enfrentamos si no tomamos medias para detener el cambio climático.

“Hacerlo sería terrible porque significaría que podríamos dañar seriamente el oeste de la Antártida”, dice el profesor Anders Levermann, director del estudio, en declaraciones a Forbes. “La cuestión es que nos enfrentamos a un dilema... la capa de hielo de la Antártida occidental se ha desestabilizado. Ahora ha sucedido debido al aumento de la temperatura del agua de los océanos. El hielo del fondo se ha desecho, provocando la desestabilización, y ahora descargará todo su hielo al océano y elevará el nivel del mar más de tres metros, tres metros y medio a lo largo del próximo siglo”.

Según Levermann, este colapso es de esperar incluso si todos los países cumplieran con los objetivos del Acuerdo de París. De producirse, transformaría por completo todas las zonas costeras del mundo.

Tiempos desesperados requieren, ya se sabe, medidas desesperadas. De ahí que los científicos se hayan planteado tratar la Antártida como un resort de esquí suizo. Sus simulaciones demuestran que añadiendo hasta 10 metros de hielo al año durante 10 años -o lo que es lo mismo: 7.400 gigatoneladas- se podría estabilizar la zona.

Pero, claro, también existen contratiempos.

El agua del océano debería ser elevada unos 640 metros de media para alcanzar la cima de la capa de hielo. Antes, debería ser desalinizada y almacenada. Tal y como el propio estudio reconoce, ello supondría “un esfuerzo sin precedentes para la humanidad en uno de los entornos más duros del planeta”. Por no hablar del gasto energético que implicaría. El solo proceso de elevar el agua requeriría 12.000 aerogeneradores de alta potencia, la construcción de los cuales significaría alterar una reserva natural única, afectando a sus ecosistemas marinos y costeros. Y nada garantiza que la idea funcionase.

En resumen: que el proyecto suena a locura porque, efectivamente, es una locura. Pero puede servir para un par de cosas.

Una de ellas es que te familiarices con el concepto de la geoingeniería, es decir, la manipulación a gran escala de los sistemas de la naturaleza. Aunque se trata de una práctica denostada por la mayoría de expertos en el clima, parece que los científicos están empezando a asumir que, en un futuro cercano, será la única manera de detener ciertas catástrofes ambientales. A nivel político la perspectiva es aterradora (¿Nos acordamos del capítulo ¿Quién disparó al Sr. Burns? de Los Simpsons?), pero esta es otra cuestión.

“Me opongo firmemente a la geoingeniería en una escala amplia”, dice Levermann. “Puede que la gente llame geoingeniería a lo que proponemos en nuestro estudio, pero diría que no se trata de esto, porque no quiero interferir en ningún sistema dinámico (como patrones climáticos) porque no entendemos del todo estos sistemas dinámicos”.

¿La segunda cosa que podemos aprender?

Si los científicos hacen cosas absurdas, es que deberíamos empezar a asustarnos de verdad.

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