Nada se resiste al rebranding del capitalismo 2.0. Y los hostales de habitaciones compartidas con literas tampoco.
Ahora se llaman 'pods' y puedes vivir en uno de ellos por 1.200 dólares al mes. Esto es lo que ofrece PodShare, una startup californiana que alquila 220 literas repartidas en siete localizaciones, seis en Los Ángeles y una en San Francisco. Si te haces socio puedes acceder a cualquiera de ellas. No es necesario depósito ni compromiso de permanencia.
¿Y qué obtienes por 1.200 dólares al mes? Un colchón en una litera en una habitación llena de otras literas, alimentos básicos como ramen en sobre y cereales, y productos de primera necesidad como papel higiénico o pasta de dientes.
Los espacios cuentan con una cocina, un baño y zona de estar comunes. También tienen normas: no puedes traer amigos ni cubrir de ningún modo el cubículo en el que descansa tu cama. Y a las 10 de la noche, todas las luces deben estar apagadas. Debes renunciar a la privacidad y a la vida social para poder vivir cerca de tu lugar de trabajo.
“El sinhogarismo está a la alza, y en gran parte se debe a regulaciones muy estrictas que convierten en casi imposible acceder a vivienda asequible... PodShare cree que podemos reutilizar espacios subutilizados de manera segura para permitir un tipo de vivienda comunal nueva, porque la vivienda no solo necesita cambiar, sino que TIENE que evolucionar”, explica Elvina Beck, la fundadora de la compañía.
El problema es que está 'evolución' pase por hacerle un lavado de cara a la precariedad y la pobreza y presentarla como algo innovador y moderno.
Es cierto PodShare soluciona necesidades específicas de ciertos perfiles de persona. Un migrante que llega a San Francisco para trabajar en una empresa tecnológica, por ejemplo, es difícil que disponga de todos los requerimientos para alquilar una vivienda. Pero resulta problemático que se presenten como una 'solución' a la problemática de la vivienda cuando, en realidad, están haciendo negocio de la precariedad.
Iniciativas como PodShare, WeLive o los pisos colmena que se están intentando establecer en Barcelona (de momento sin éxito), no luchan contra la especulación, sino que se aprovechan de su corriente.
“Si los precios bajan, PodShare morirá”, admite Beck. Está todo dicho, ¿no?
