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Artículo Polémica con la última sensación política en Francia: ¿indignados, "cuñados" o fachas? Now

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Polémica con la última sensación política en Francia: ¿indignados, "cuñados" o fachas?

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Los conocidos como "chalecos amarillos" irrumpen en escena planeando cortar las carreteras francesas este sábado. El 78% de los franceses está a favor de una protesta que la derecha apoya

I.P.

13 Noviembre 2018 16:13

Son la última sensación política en Francia. No tienen detrás ni un partido, aparentemente, ni una jerarquía sindical ni ninguna otra sigla. Ni siquiera un nombre muy rebuscado.

Se les conoce como Gilets Jaunes, los "chalecos amarillos" y se han impuesto en todas las conversaciones del país galo a los deslices de Macron con el colaboracionista Pétain o incluso a los gestos de la macropolítica de la visita de Trump con motivo de los 100 años de la Primera Guerra Mundial. Este sábado 17 de noviembre los chalecos amarillos cortarán, o eso pretenden, las carreteras de Francia.

La acción se enmarca dentro de las protestas que están previstas para ese día en todo el país y que tienen como objeto de ira la subida de impuestos a los carburantes del gobierno Macron. El gabinete ha tratado de justificarlo, en palabras del presidente, porque "es preferible gravar la gasolina que el trabajo", aunque el propio ministro de Economía Bruno Le Maire ha admitido que "todos somos automovilistas".

El problema para el gobierno es que, conductores o no, se ha echado en contra a la gente. Según publicaba una encuesta encargada por Le Figaro, el 76% considera negativa la subida del carburante y el 78% está a favor de las protestas del 17 de noviembre.

Visto que con respecto a ese asunto, la sociedad lo tiene claro, el debate que se ha instalado en Francia tiene que ver por un lado con el cómo, la manera en que los chalecos amarillos han irrumpido en escena sin estar aparentemente apadrinados por ningún líder social. No hablamos de nada parecido a una reedición del 15M francés ni de Nuit Debout, sino de un grupo de Facebook. Con poco más de 17.000 seguidores, la página de referencia, y donde se cuece todo lo que puede pasar el sábado es aquí.

Pie de foto

Más datos: 400 bloqueos de carretera y mapas con 6 y 7 millones de visitas. La opción de compartir todo lo que publica el grupo, y la creación de otros grupos paralelos, casi todos con la misma temática -el corte de ruta- hace posible la multiplicación del alcance. También ha influido la inmediatez de un formato sobre el que Facebook se resiste a perder hegemonía: el selfie, o vídeo-selfie en este caso. El cambio de algoritmo de la red social, que penaliza los contenidos de medios de comunicación para potenciar los de amigos, familiares y grupos, ha hecho el resto.

Con respecto al vértice superior del movimiento, lo más cerca que se ha estado de discriminar nombres propios ha sido llegando hasta los creadores de los primeros contenidos de protesta del 17 de noviembre. La sección Checknews de Libération -el diario lleva hoy en portada el tema- ha identificado a dos conductores treintañeros de Seine-et-Marne sin lazos con ningún partido político como el origen de la protesta. Hasta ahí, no había signos de politización del movimiento.

Pie de foto

Sin embargo, pocos días después, el 15 de octubre, el grupo de Facebook "Stop al carburante a precio de oro" cambió su nombre por uno de mucho mayor calado político: "La Francia en cólera". El mismo medio ha rastreado uno de los vídeos, publicado el 23 de octubre, que ya acumula 4 millones y medio de views. Su autor es Frank Buhler, y aunque no se puede hablar de liderazgo del movimiento, su figura ha enturbiado el pretendido apoliticismo del 17 de noviembre: Buhler es miembro del partido de derecha ultranacionalista -de inspiración gaullista- Debout la France, y en su historial hay varios tuits xenófobos. El movimiento de protesta por el precio de la gasolina contó con cada vez más apoyo de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, y después llegó Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, a verbalizar que está de acuerdo, pero que el problema "es cuando se meten en medio los fachas". El secretario general de la CFDT Laurent Berger ha dicho claramente que los actos de este sábado están instrumentalizados por la extrema derecha y que su sindicato no los apoya. La histórica CGT habla de protesta legítima pero "con resortes oscuros".

Ese es el debate, con un juego de palabras incluido -des fâchés ou des fachos: enfadados o fachas-, que se ha instalado en la opinión pública.

En las últimas horas se le ha agregado, precisamente por boca de un corresponsal de Libération, un nuevo término al debate. Jean Quatremer ha dicho que se trata de "un mouvement de beaufs". Beauf es el diminutivo de beau-frère. Cuñado. Lo que está claro es que, en vista de la rápida y cuantiosa movilización que se prevé para el sábado, menospreciar desde fuera el 17 de noviembre parece un error.

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