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Artículo Prohíben a un chico trans bañarse con camiseta y todos sus amigos se lanzan al agua vestidos Now

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Prohíben a un chico trans bañarse con camiseta y todos sus amigos se lanzan al agua vestidos

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Todavía hay esperanza

E.M.C.

13 Julio 2018 13:40

El pasado día 11, sesenta chavales fueron expulsados de las piscinas de Salinas de Añana (a pocos kilómetros de Vitoria-Gasteiz, Álava). Los chicos, que están participando en el campamento musical Gazte Rock, tutelado por la Diputación de Álava, quisieron apoyar a un compañero trans al que el socorrista le había prohibido bañarse con camiseta.

El adolescente, que está en proceso de transición hacia su identidad de género real, no se sentía cómodo despojándose de esta prenda, algo que el socorrista no quiso pasar por alto. Aunque los monitores y algunos compañeros trataron de explicarle la situación del chico, el vigilante se mantuvo en sus trece. Según han comentado los familiares del menor trans a El Correo, el socorrista tenía un “tono amenazante” y se fue firme en que se cumpliera la normativa que exige que solo se pueda acceder a la piscina con ropa de baño.


El resto de menores se reunió en un corro y decidieron tener un gesto de solidaridad con su compañero poniéndose sus camisetas y lanzándose a la piscina. El socorrista trató de detenerlos, y les dijo que si seguían adelante acabarían expulsados y llamaría a la Ertzaintza. Cosa que, efectivamente, hizo.

Según ha confirmado El Correo, la policía vasca recibió una llamada durante la mañana del miércoles alertando de un “tumulto” es las piscinas de Salinas de Añana.

El responsable de estos campamentos de rock, que llevan realizándose 10 años en la capital Alavesa, explica que no cree que la actuación del socorrista partiese de la transfobia. De hecho, hasta que una de las monitoras no le explicó la situación del joven ni tan siquiera era consciente de que se trataba de una persona trans. Lo que sí cree que su forma de proceder fue faltona y desmedida en todo momento, y que aunque no considere que su forma de responder fuese deliberadamente discriminatoria y que simplemente “quería aplicar la normativa a rajatabla”, pecó de falta de humanidad. “Podría haber hablado con un superior para comentar en caso”, dice.

Según comenta, la policía “se quedó a cuadros” al ver que el “tumulto” de cien personas por el que habían sido llamados no eran más que unos chavales en chancletas que esperaban pacíficamente ya fuera de las instalaciones.



La asociación en defensa de los derechos LGTB+ Lumagorri, ha condenado el episodio “tránsfobo” y ha pedido que las instituciones vascas que le den a todo su personal, directo o subcontratado, la formación necesaria para tratar con personas de todas las condiciones, incluidas las transgénero. Lumagorri ha aplaudido la actuación de sus compañeros, y anima a la sociedad a “responder ante este tipo de ataques a los derechos humanos y a la dignidad de las personas”.

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