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"Si eres transexual en Colombia solo sirves para ser peluquera o trabajadora sexual"

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Imágenes cedidas por La Esquina
 

El barrio de Santa Fe es conocido por sus altas tasas de violencia y drogadicción, ahora también es el lugar de origen del primer periódico del mundo editado por trabajadoras sexuales

anna pacheco

06 Junio 2018 15:48

Las esquinas de Santa Fe, uno de los barrios más deprimidos y peligrosos de Bogotá, están llenas de mujeres de todas las edades que esperan a que hombres contraten sus servicios. El trabajo sexual está normalizado en muchas de estas esquinas, algunas sórdidas y oscuras. Muchas de estas mujeres pasan ahí el rato: trabajando para sobrevivir y tejiendo, entre ellas, una poderosa red de autocuidados.

“La vida aquí es dura, demasiado dura. Aquí decimos el refrán de que esto es 'la guerra del centavo'. A cada una le toca sobrevivir como puede. Hay mucha delincuencia, mucha criminalidad y mucha violencia”, explica Lorena Barriga, trabajadora sexual transexual de 49 años. Barriga puede llegar a trabajar 24 y hasta 36 horas seguidas, con muy pocos descansos. “Todo para poder pagarme una habitación o comer un poco de comida limpia”.

Barriga trabaja en algunas de esas esquinas cuando lo necesita para vivir. “Es una cuestión de supervivencia”. Y, ahora, también trabaja en La Esquina, un diario hecho por trabajadoras sexuales y cuyo nombre remite precisamente a este lugar icónico y vital para esta comunidad de mujeres. Es un periódico local y autogestionado nacido desde el corazón de la comunidad LGBTQI y que propone resignificar un nombre y una profesión, hasta ahora, cargados estigma.

"Aquí le llamamos 'la guerra del centavo'. A cada una le toca sobrevivir como puede. Hay mucha delincuencia y mucha violencia" (Lorena Barriga, trabajadora sexual transexual)

“Aquí en Santa Fe si tú eres transexual solo sirves para trabajadora sexual o para peluquera”, explica Barriga por teléfono. Ahora ella ha logrado el cargo de Directora Ejecutiva de esta revista. Está entusiasmada. “Nunca lo hubiera imaginado por la falta de educación y de igualdad de oportunidades. Aquí en Colombia el mero hecho de ser transexual ya es un obstáculo. Una puede acabar abandonando la universidad o el bachillerato por la violencia que tiene que soportar en las aulas”, relata.

Imágenes cedidas por La Esquina


Según datos del distrito, recogidos en el El Espectador, solo en Bogotá hay 23.426 mujeres que ejercen la prostitución. Es decir, hay 293 trabajadoras sexuales por cada 100.000 habitantes. El 91% de ellas han sido maltratadas verbalmente; el 61%, sufrieron algún tipo de violencia física; el 28,3%, que fueron abusadas sexualmente, y, al menos, el 21%, que fueron víctimas de algún abuso policial. Y eso son solos los datos oficiales. El tabú ensombrece y desprotege aún más a esta comunidad que vive en condiciones precarias y muchas veces se alejan de familiares o amigos a causa del coste social.

En Bogotá hay 23.426 mujeres que ejercen la prostitución. Es decir, 293 trabajadoras sexuales por cada 100.000 habitantes. Más del 90% ha sufrido algún tipo de violencia

Barriga se encarga de apoyar la edición fotográfica de las notas publicadas, y de las entrevistas; también de la supervisión y coordinación con las colaboradoras y colaboradores. Y, además, está al cargo de la sección de pasatiempos y sopa de letras. “Esto es una forma de visibilizar que no solo somos trabajadoras sexuales o peluqueras, sino que tenemos otras facetas en lo cultural o artístico”, agrega.

El proyecto de La Esquina surgió en julio de 2017 en un taller del barrio. Ángel López, editor gay y miembro activo de la comunidad LGBTQI del barrio decidió poner en marcha esta revista a sus 23 años. Él tomó el impulso, pero abrazado y en alianza con toda la comunidad. “Un equipo interdisciplinario con trabajadoras sexuales, chicas transgénero, jóvenes y población vulnerable” identificó la necesidad de visibilizar nuestro modo de vida, los saberes locales y el patrimonio de la zona", relata. El siguiente paso estaba claro: crear una revista que rellenara esos huecos.

“Nos dimos cuenta que lo último que se quiere leer por aquí es sobre política; mientras que lo más llamativo fue salud, patrimonio, personajes y moda” (Ángel López, activista LGTB+ y editor de La Esquina)

“Nos dimos cuenta que lo último que se quiere leer por aquí es sobre política; mientras que lo más llamativo fue salud, patrimonio, personajes y moda”, explica. Teniendo en cuenta estas conclusiones, la redacción elaboró los primeros temas del primer número en sintonía con lo que la gente quiere leer.

Imágenes cedidas por La Esquina


En el primer número, por ejemplo, cuentan con un fotorreportaje sobre brujos y chamanes, así como un artículo pedagógico sobre los mitos y verdades del papiloma humano. En el segundo número han incluido un reportaje sobre el trabajo sexual en la tercera edad escrito por una trabajadora sexual. Todos los números cuentan con una sección especial dedicada a cultura popular con dichos, refranes, poemas y canciones populares escritas o difundidas por gente del barrio; y un cierre dedicado a los signos del zodiaco.

“Que estas informaciones las desarrollen y escriban poblaciones marginadas genera inevitablemente un eco en las personas que reciben esa información y ayuda a derribar estigmas”, señala López.

En La Esquina todas las implicadas e implicados lo hacen de forma voluntaria en colaboración la Red de Apoyo y Afecto a Mujeres T-Diversas, la Fundación MovilizArte y TransEscena. “Más allá de algunas donaciones, no contamos con ningún ingreso; por esto, es complicado en este momento formalizar con contratos las colaboradoras e inclusive pagarles periódicamente”, explica Ángel. “Todos los que estamos es por pura pasión”.

Como María Camila Astorquiza, que actualmente se dedica a la fotografía para las diferentes coberturas y también se encarga de la gestión cultural y el fortalecimiento de redes para futuras colaboraciones. Astorquiza se muestra muy optimista con la recepción de las dos primeras ediciones —el último número se presentó el pasado 25 de mayo en un evento gratuito acompañado de un cóctel popular—. La publicación es mucho más que un medio: es una forma de tejer y afianzar lazos en la comunidad. “El recibimiento y las redes formadas desde el nacimiento generaron muchas reacciones de agradecimiento y han despertado un profundo interés por nuestro trabajo cultural y artístico”.

López agrega algo más en torno al futuro de La Esquina: “Claro que aspiramos a crecer, queremos que el periódico sea una opción de trabajo estable para nuestras colaboradoras e impulsar el talento del equipo". Las ganas y el conocimiento están de su lado. Solo, y no es poco, les falta el impulso económico.

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