Sus síntomas son parecidos a la gripe y el actual brote se alimenta de un inusual contagio entre humanos
Sus síntomas son parecidos a la gripe, se transmite habitualmente por contacto a través de saliva, heces y orina de ratones infectados, pero en la provincia argentina de Chubut las autoridades se están encontrando con contagio de persona a persona. El resultado es muy negativo: el síndrome pulmonar hantavirus ya se ha cobrado doce vidas en su actual brote, iniciado a finales del año pasado.
Inició esta vez a través de un hombre que limpiaba un cobertizo en el que podría haber secreciones de algún ratón infectado. El contagio comenzó cuando este hombre asistió a una fiesta de cumpleaños a finales de noviembre en la había varias decenas de personas.
En total ha habido 28 afectados, 10 de ellos mortalmente. Hay unas cien personas aisladas judicialmente, por seguridad, en sus casas. Además, el brote está afectando a nivel económico, en pleno verano, a Epuyén y alrededores, una zona especialmente turística a la que la clase política ha recomendado no viajar. También ha habido víctimas mortales en las provincias de Salta y Entre Ríos, aunque otras provincias, como Buenos Aires y Jujuy, han registrado casos.
Según la Sociedad Argentina de Infectología, el único antecedente de contagio entre humanos se produjo en la ciudad de El Bolsón en 1996. El hantavirus es un viejo conocido en Argentina: entre 2013 y 2018 murieron 111 personas de un total de casi 600 infectadas. Las autoridades sanitarias están además preocupadas por la elevada tasa de letalidad del brote actual: un 36%. Los últimos mensajes sin embargo son más tranquilizadores, en la línea de que el brote está en vías de ser controlado.
Los primeros síntomas no distan mucho de los de una gripe común, desde la fiebre y dolor de cabeza a náuseas y vómitos. Lo peligroso es que no tiene un tratamiento específico ni vacunas que puedan servir de prevención. El hantavirus presenta dificultades respiratorias severas que pueden desembocar, como esta ocurriendo en Argentina, en la muerte del infectado.