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"¡Cambiad la mascota!": los nativos americanos contra los Washington Redskins

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La comunidad nativa de EEUU lleva 85 años luchando contra la imagen de un equipo de NFL que llegó a tener animadoras que bailaban la danza de la lluvia

Omar Naboulsi

16 Febrero 2018 06:00

Que la capital de los EEUU tenga un equipo en la NFL es algo que cualquier hijo de vecino puede imaginarse aunque no sepa ni cuántos jugadores hay sobre el campo en un partido de fútbol americano, pero pocos conocen que se trata del símbolo racista más visible del deporte estadounidense.

Desde los años 30, los Redskins de Washington saltan a los terrenos de juego representando a toda una ciudad con un apelativo que significa "piel roja", un término racista extendido por todo el país para referirse a los nativos americanos.

Por si la nomenclatura no era suficiente, el emblema del equipo es un indio de piel roja tomate con plumas en la cabeza a modo de mascota.

¡Cambiad la mascota!

Diversos grupos en defensa de los derechos civiles llevan más de 20 años movilizando a la comunidad india para que esta franquicia cambie su nombre, pero de momento sus acciones han servido de poco.

A raíz de la supresión del logo Jefe Wahoo -otra mascota que discriminaba a los nativos americanos, en este caso la de los Cleveland Indians de la MLB-, las estrategias para cambiar el logo y el nombre a los Redskins se han reactivado.

La campaña más famosa en este sentido es Change The Mascot, que cuenta con el apoyo de decenas de asociaciones y actúa en nombre de los 5,2 millones de nativos que viven en Estados Unidos. "El equipo de béisbol de Cleveland ha reconocido correctamente que los nativos americanos no se merecen ser denigrados y representados como caricaturas, y el cambio del equipo es el reflejo de un movimiento del pueblo presionando a las franquicias deportivas para respetar a las personas nativas", dijo ante los medios el líder de la campaña, Ray Halbitter.

Tal era la falta de respeto a la comunidad india que hubo un tiempo en el que las animadoras de los Redskins vestían con plumas en el pelo e imitaban la danza de la lluvia cuando el equipo anotaba un touchdown...

La gran mentira semántica

A pesar de las continuas quejas, el actual propietario de la franquicia, el empresario Daniel Snyder, ha dicho por activa y por pasiva que el nombre no se toca.

"No vamos a cambiar nunca el nombre. Es así de sencillo. NUNCA, y puedes ponerlo en mayúsculas", dijo en su día en USA Today.

Bajo su punto de vista, la palabra "redskin" no tiene ninguna connotación racista, sino que es una expresión tradicional para referirse a los nativos americanos como gente valiente, por lo que no hay ninguna razón para no suprimirla.

Este argumento está extendido a lo largo de todos los EEUU, ya que para encontrar el origen de la expresión hay que remontarse hasta el siglo XVIII. Tal y como han demostrado multitud de lingüistas, el término empezó a usarse por parte de los blancos para referirse a los nativos americanos en sus negociaciones. Al principio fue una expresión neutral, hasta el punto de que la usaban los propios nativos, pero con el paso del tiempo fue asociándose a los prejuicios racistas.

¿Por qué en pleno siglo XX un equipo de fútbol americano decidió utilizar un nombre como Redskins?

La culpa la tienen los propietarios de los Boston Braves -el equipo que luego cambiaría de ciudad-, ya que en 1933 decidió modificar su nomenclatura como un guiño al que por entonces era entrenador del equipo, Lone Star Dietz, de ascendencia Sioux. En aquella época no era despectivo, pero los defensores de su prohibición se defienden con el argumento de que los tiempos cambian y que actualmente es una tropelía.

“Es el único gran equipo deportivo profesional cuyo nombre es un inequívoco insulto racial. Después de todo, ¿cómo reaccionaríamos si el equipo se llamara 'Washington Negroes'? ¿O 'Washington Jews'? No es sólo una referencia racial, es un calificativo racial", denunció en su momento el periodista Clarence Page con gran acierto en una columna del Orlando Sentinel.

Con la justicia en contra

En 1992 la problemática llegó a los juzgados gracias a varios intelectuales nativoamericanos que denunciaron al equipo por usar una marca racial, algo que va en contra de la legislación sobre marcas y patentes que prohíbe expresamente nombres “denigrantes, escandalosamente despreciables o de mala reputación”.

Siete años más tarde el juez les dio la razón, pero los propietarios recurrieron y se fue todo al traste. De hecho, aún sigue vigente una segunda demanda, pero seguimos a la espera de que se haga pública la sentencia.

Incluso algunos políticos han tratado de presionar a los dirigentes de los Redskins para que cambien su nombre, pero ni por esas. En 2013 un grupo de 10 congresistas encabezados por el antiguo alcalde de Washington se lo pidieron a Daniel Snyder. La Comisión Federal de Comunicaciones también lanzó su propia iniciativa: le pidió a periodistas y locutores de radio y televisión que buscasen alternativas para no pronunciar “Redskins” en antena.

Su razonamiento era que si la palabra se pierde en el silencio también lo hará su interés económico, y los dueños se replantearían su postura. Tampoco funcionó.

La única persona que parece haber rascado algo ha sido la activista Amanda Blackhorse, que consiguió que la justicia norteamericana le quitara a Snyder las patentes sobre la marca Redskins.

Quizá atacándole el bolsillo cambie de parecer.

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