Una información publicada por el The Moscow Times ha encendido todas las alarmas de cara al Mundial de fútbol en Rusia de este verano, y esta vez no tiene nada que ver con los casos de dopaje. O sí, según se mire.
Según este periódico, los aficionados podrán pasar la aduana con varios tipos de droga -se habla de marihuana, cocaína y heroína-, siempre que demuestren que la toman por prescripción médica. Los hinchas podrían viajar a Rusia y transitar líbremente a sus anchas por todo el país con estos tres tipos de droga si lo hacen con la correspondiente receta médica escrita en ruso, con el nombre del paciente y el registro de la cantidad a ingerir especificados en la misma.
Esto es posible por la legislación del bloque de la Unión Económica Euroasiática, formado por Bielorrusia, Kazajistán y Rusia, que permite el ingreso de ciertas sustancias estupefacientes con fines terapéuticos .
A raíz del revuelo que ha generado la noticia, el Comité Organizador del Mundial ya ha salido al paso para dejar claro que ningún aficionado podrá acceder a los estadios con drogas.
"Estamos desconcertados con esta noticia. Creo que se asumió erróneamente que si hay una receta sería posible transportar una sustancia ilegal al estadio. De acuerdo con la legislación rusa, si una sustancia está prohibida, no puedes transportarla en avión o tren hasta el estadio. Siempre se puede comprobar cómo funcionan las leyes”, aseguró el presidente del Comité, Alexei Sorokin en una comparecencia ante los medios.
Es lógico que Sorokin se ampare en las leyes rusas, un país donde el consumo lúdico está penado hasta con 3 años de cárcel.
Por si fuera poco, también advirtió que el organismo destinará un cuerpo de agentes de orden público específico para verificar la autenticidad de las posibles recetas que se presenten los aficionados cuando entren a los estadios. “Los oficiales de seguridad vigilarán el cumplimiento de las normas para poder llevar este tipo de sustancias con receta a los estadios de fútbol", anuncia el presidente del Comité.
Además, Rusia está inmersa en una lucha contra el tabaquismo. De hecho, el gobierno de Putin quiere imponer una ley que prohíba comprar cigarrillos a los nacidos desde 2014, incluso después de haber cumplido la edad legar para fumar.
Se trata de una medida que planteó el Ministerio de Sanidad el año pasado, preocupado por la situación actual. En Rusia un tercio del país fuma -cerca de 50 millones de fumadores- y cada año mueren cerca de 400.000 personas por enfermedades relacionadas con el tabaco, según los datos facilitados por la Organización Mundial de la Salud.
¿Acabarán pidiendo las autoridades una receta para las dosis de nicotina?
