Lopetegui, Florentino y Ramos intentan achicar aguas tras el charco de la selección
El Madrid se ha visto en unos apuros institucionales que no sufría desde la época de José Mourinho. Atacado por prensa, rivales y su propia afición por hacer oficial el fichaje de Lopetegui días antes de que empezara el Mundial.
Ante esta situación, todos los involucrados han optado por cerrar filas y defender la imagen del club.
Empezando por el propio Lopetegui, presentado ayer como nuevo técnico merengue en el palco de honor del Santiago Bernabéu solo una hora después de que Fernando Hierro diera la rueda de prensa previa al debut de España contra Portugal. "Ayer -refiriéndose al miércoles- fue un día, posiblemente desde la muerte de mi madre, el más triste de mi vida, pero hoy es el más feliz de mi vida", dijo entre lágrimas.
Lopetegui contestó directamente a las acusaciones de Rubiales, asegurando que sabe lo que es la lealtad y que la aprendió a los 18 años cuando llegó a la cantera del Madrid.
"La lealtad es decir la verdad, en cuanto había algo que decir el primero que lo supo fue Rubiales y el escenario fue de felicitación, desde el Madrid y desde la RFEF. Estaba prevista una rueda de prensa y Rubiales me pide que le espere para darla porque él no estaba en Krasnodar", explicó. "Le espero a pesar de que yo quería comparecer ese mismo día. Lo que pasó posteriormente lo desconozco. Tengo claro que la única manera de sacarlo adelante era ser honesto con todos porque el ocultismo es malo y yo no lo quería. Los jugadores lo entendieron perfectamente, es más, ese día fue el que mejor entrenamos".
El entrenador del Madrid insistió en que los jugadores siempre le apoyaron y que se había ganado estar en el Mundial por su trabajo.
Nada más llegar a su nueva casa ha sacado la bandera pro CR7. "Cristiano Ronaldo es el jugador que quiero a mi lado siempre. Evidentemente, el mejor del mundo está en el Real Madrid". Estas declaraciones son muy distintas a las que hizo hace unos meses, cuando aseguraba que Messi era “el mejor futbolista del mundo” y que "difícilmente veríamos de nuevo a un jugador como él". Lo de cerrar filas, que le ha obligado a retractarse.
Lopetegui estaba acompañado en la presentación por su mujer, sus hijos y Florentino Pérez. Quizá el que más tajante se mostró.
"Es un acto que queríamos llevar a cabo tras la finalización del Mundial y tras un nuevo triunfo de la selección, pero una serie de circunstancias han hecho que estemos aquí hoy", empezó el presidente del Madrid, para luego desmentir lo que dijo Rubiales.
Florentino asegura que en cuanto alcanzó un acuerdo con Lopetegui se lo comunicó a la RFEF.
"Es un acuerdo al que llegamos en el ejercicio de las libertades de ambas partes, para trabajar juntos después del Mundial y respetando la cláusula. Pensamos, además, hacerlo público por una muestra de transparencia. Quienes mezclan este acuerdo con supuestos actos de falta de lealtad, tienen un sentido patrimonial de las personas e instituciones, felizmente superado en la España del siglo XXI", aclaró Florentino.
"Fue una absurda reacción de orgullo mal entendido".
Su capitán en el Madrid y en la selección española, Sergio Ramos, también ha salido a hablar cuando más calentaba el sol para darle su apoyo.
"En el fútbol cuando más se aprende es en los malos momentos, lo que ha ocurrido nos tiene que servir para estar más unidos y nada nos va a descentrar de nuestro objetivo. Julen ha sido parte de todo esto", sentenció en rueda de prensa.
Admitió que él sabía lo de Lopetegui desde el primer momento, "ya que cuando eres capitán te toca saber más de la cuenta en algunas situaciones de mayor repercusión", pero negó que los capitanes de la selección presionaran a Rubiales para que no le echara.
Para despedirse, en otro ejercicio de protección del vestuario y del Madrid exclamó: "Venga, una sonrisa, que esto parece un tanatorio y mañana empezamos el Mundial".
Quizá sea la mejor manera que encontró para quitarle hierro al mayor escándalo de la historia de la selección española.
