Las simulaciones de Neymar son la excusa para llenar el local contra Serbia
El Sir Walter Pub estará a rebosar miércoles para seguir el partido entre Brasil y Serbia. Este bar del barrio de Vila da Penha, en Río de Janeiro, ha decido llevar a cabo una promoción sin precedentes: regalará un chupito a sus clientes cada vez que Neymar caiga al suelo
Desde que anunció la oferta, el establecimiento ha recibido un número récord de pedidos de reservas.
Aferrándonos a la fama de piscinero que tiene Neymar, pueden salir del bar etílicos.
Seguramente esto no le haga ninguna gracia a Neymar, pero no tendrá más remedio que aceptar la imagen de jugador con mucha facilidad para caer al suelo que se ha creado entorno a su figura. Se le acusa de ser demasiado exagerado, aunque también es cierto que sufre muchas más faltas de las habituales en todos los partidos por buscar siempre el regate. Para ser sinceros, se ha ganado bastante esa fama en este Mundial.
La jugada más descarada de Neymar fue en el minuto 77 del partido ante Costa Rica, cuando el árbitro pitó penal por un supuesto agarrón a Neymar.
El VAR se encargó de demostrar que fue puro teatro del brasileño, dejándose caer en cuanto sintió la mano del brasileño en su pecho. Neymar entró de esa manera en la historia del fútbol moderno: es el primer jugador al que el VAR anula un penalti.
En ese partido, el delantero brasileño se tiró al campo de todas las formas, colores y maneras... daba la sensación de querer absorber cualquier contacto para irse al suelo. Esto fue contraproducente para Brasil, ya que falló varias ocasiones claras por forzar la situación ante el árbitro.
A pesar de eso, lo que quizá dé más rabia a los aficionados son las hechuras de divo de Neymar encima del césped, como si nadie le pudiera tocar. Incluso en una de sus reclamaciones al árbitro le gritó en la cara aquello de "Don't touch".
Esa tensión durante todo el partido -Brasil estuvo virtualmente eliminada hasta los últimos minutos del choque- hizo que llorara sobre el césped justo cuando acabó el encuentro. Sabía que no había hecho bien su trabajo, a pesar de marcar el 2-0 cuando quedaban segundos para que el árbitro pitara el final del partido.
Le llovieron críticas por todos lados. Hasta Cantona le dio cera por esas lágrimas.
Con tantas simulaciones es lógico que haya brasileños que no animen a su selección.
Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente. El estilo de juego de Neymar, lleno de regates técnicos, 1x1 y balones al espacio, hace que sea uno de los futbolistas más cazados del torneo. El brasileño ha recibido 14 faltas en 2 partidos, diez de ellas solo en su debut ante Suiza, el mayor número de faltas que un jugador recibió en un partido desde las 11 de Alan Shearer ante Túnez en Francia 1998.
Es el pez que se muerde la cola, ya que Neymar regatea, le meten la pierna y se cae. Si el defensa le ha hecho daño, Neymar se enfada porque no le gusta que le den cera; si se ha tirado a la piscina enfada a los defensas que ya piensan en darle un golpe serio.
Habrá que esperar para ver si el VAR acaba convirtiéndose en su nuevo gran rival. Por el momento, los clientes del Sir Water Club se frotan las manos.
