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Reportaje
09 Marzo 2020 15:50
Hablamos con las mujeres que han tenido que luchar por sus derechos dentro y fuera del movimiento.
Con el 8M reciente y aprovechando el poco tiempo que tenemos hasta que los medios de comunicación decidan que el mes de la mujer se ha acabado y que hasta otro ratito, tenemos ciertas cosas sobre las que hablar, hermanas.
Porque el 8M siempre ha sido una fecha reivindicativa, un día en el que gritamos para repetir que estamos aquí, que no nos vamos a callar, que somos muchas y, aquí viene el kit de la cuestión, que somos diversas.
Y es que esa es la clave de un feminismo al que no se le presta demasiada atención, y no solo desde fuera del movimiento sino también desde dentro. Porque seamos sinceras, ser feminista no te quita lo racista, como el hecho de ser homosexual no quita que puedas ser un machirulo.
¿Has oído hablar del feminismo interseccional o del feminismo hegemónico? Si no tienes ni idea de lo que te estoy hablando no te preocupes, te hago un breve resumen. La interseccionalidad dice que la opresión a la que se ve sometida, por ejemplo, una mujer blanca, no es la misma que la que se ejerce sobre una mujer negra, porque todos los prejuicios como el racismo, el sexismo o la homofobia no son formas de opresión separadas, sino que se interrelacionan. O sea que, un feminismo basado en reivindicar los derechos de la mujer blanca (feminismo hegemónico) sin tener en cuenta la opresión de una mujer negra (tanto sexismo, como racismo) no tiene demasiado sentido.
Por eso, en estas fechas tan señaladas, hemos querido dar voz a mujeres que más allá de luchar por sus derechos ante personas de fuera del movimiento feminista, en ocasiones también lo han tenido que hacer dentro de él.
Nora Baños es investigadora en ciencias sociales y políticas. Fue candidata de Podemos en las pasadas Elecciones Europeas y dice que ver tantas injusticias sociales, la ha llevado a querer dar su opinión sobre fenómenos sociales que afectan a todas las mujeres: “pero no me considero más que eso, alguien que da su opinión sobre cómo ve el mundo.”
Desgraciadamente, nos cuenta que ha sufrido muchas experiencias negativas dentro del movimiento, desde campañas de odio, hasta debates completamente huecos de criterio.
“En nuestro país, ser mujer, musulmana, llevar hijab y ser de izquierdas, no tiene mucho sentido para algunas, ya que desde siempre se ha comparado el Islam con culturas y tradiciones patriarcales que vulneran los derechos humanos de “países auto proclamados musulmanes”. Eso ha provocado un auge de racismo e islamofobia que pagamos las musulmanas, por descontextualización tendenciosa e interesada de algunos sectores.
El islam es mucho más que eso, es un sistema que busca la equidad entre ambos sexos, un sistema que defiende la paz y el equilibrio mundial, ¿Pero a quién le interesa conocer eso? A muy pocos.
Para las musulmanas ser feminista es una práctica religiosa más y querer reducir nuestro grado de libertad a una tela o a unos cuantos centímetros de ropa, me parece totalmente simplista y absurdo. Olvidan que nuestros valores de lucha y resistencia residen en nuestras mentes y que NO, nadie nos tiene que liberar de ninguna profunda opresión.
Las musulmanas tenemos voz, pero a pocas les interesa escucharnos y prefieren hablar por nosotras sin saber absolutamente nada.”
Según Nora, el feminismo es un movimiento diverso que tiene múltiples formas de interpretarse. Es consciente de que existe un feminismo hegemónico blanco que determina cómo deberían ser todas las feministas, pero que esa lectura es la que ha traído tantas controversias entre las mujeres de hoy.
“Yo creo, que el feminismo debería ser un movimiento inclusivo y antirracista, que abarque todas las distintas pluralidades y las haga propias, que no polarice y que sea respetuoso.
Al movimiento le queda mucho por hacer, las mujeres somos prácticamente la mitad de la población, dentro de nosotras hay múltiples identidades y colectivos y es caer en lo absurdo defender a unas y a las otras no. ¿Qué injusticia verdad? Pues sí, así es. Como dije en una de mis conferencias hace tiempo: ¿Dónde estaban todas las feministas que salieron a las calles para manifestarse por el caso de la manada, en la manifestación por las freseras de Huelva? Había muy pocas. Por este mismo motivo digo que no somos iguales para algunas y el movimiento y las luchas se estratifican, según qué mujer es la víctima.”
La Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad (AGFD) empezó su andadura en abril del 2013 para definir un feminismo que las representara más allá del “feminismo payo”.
“Somos conscientes de que para la construcción de una corriente intelectual feminista gitana habrá elementos y líneas del “feminismo payo” que serán incompatibles con nuestro discurso. También somos conscientes de que sin una base histórica de movimiento y lucha feminista nuestro discurso estará mermado. Y de esa necesidad surge este proyecto.”
“Nuestros análisis teóricos parten de una perspectiva feminista comunitaria, teniendo en cuenta las interseccionalidades determinadas por el sistema del género, la pertenencia étnica/racismo y la clase social/empobrecimiento.
Gracias a este análisis feminista romaní, se ha revelado la visión de acción de nuestra entidad, ya que la resistencia y capacidad de cambio y transformación de nuestra comunidad para convertirnos en verdaderas protagonistas/activistas, está en manos de las muchas mujeres gitanas que llevan años clamando por la dignificación de nuestro Pueblo, nuestra historia y nuestra identidad."
Para ellas, el movimiento feminista “es muy heterogéneo, diverso y con conflictos. Lo que es homogéneo es el feminismo en el poder y la imagen que se ha querido proyectar desde diferentes instituciones de derechas y de izquierdas y desde las feministas payas.”
“Nos han intentado silenciar, invisibilizar, mandar a un segundo plano. Nos han utilizado para pretender ser antirracistas. Nos han dicho cómo debíamos luchar. Nos han negado la existencia.”
“(El feminismo) debería ser una fuerza que realmente cambie las vidas de las mujeres gitanas de los barrios más olvidados.”
Para esta asociación, es importante iniciar una conversación sobre “el Antigitanismo que impregna los colectivos feministas payos y su colaboración con el opresor.”
Alrtmachis1 es el usuario en Instagram bajo el que Maite, una mujer cis afrodescendiente y feminista interseccional, trabaja para “exponer el machismo, racismo y otros -ismos y -fobias, en aplicaciones de citas y rrss.”
“El feminismo, para mí, es un movimiento de revolución social que lucha por los derechos de todas las mujeres en alianza con otros colectivos oprimidos por el sistema cis heteropatriarcal eurocéntrico y cuyo sujeto opresor es el varón cisheterosexual blanco que es el que goza de todos los privilegios otorgados por ese sistema.
Creo que, hoy en día, es necesario, pero sigue teniendo un enfoque muy eurocentrista (feminismo hegemónico) donde la mayoría de los logros que se consiguen, y se buscan, están sesgados por las necesidades de las mujeres cis blancas.
No se puede buscar igualdad si no se tienen en cuenta todas las realidades u opresiones que nos atraviesan a cada una de nosotras. Por lo tanto, no concibo un feminismo donde no se tengan en cuenta las voces y la participación de las racializadas, las migrantes, las trans, las discas, las trabajadoras sexuales, etc. Para mí el feminismo debe ser interseccional y ha de tener como sujetas activas a las mujeres de todos los colectivos oprimidos. Porque no olvidemos que hay mujeres cuyos cuerpos son atravesados por varias de esas opresiones. Esto requiere que todas seamos conscientes de nuestros privilegios y hagamos un trabajo de deconstrucción.”
Maite, también ha sufrido alguna situación desagradable dentro del movimiento, sobre todo por señalarle un comentario o conducta racista a una feminista blanca.
“Procuro no entrar en ciertos debates por razones de autocuidados. Pero he visto verdaderos ataques a compas racializadas por parte de feministas blancas que me han generado mucho malestar. Con esas actuaciones, no se dan cuenta de que están perpetuando la supremacía blanca y están oprimiendo a "las otras".
El feminismo no es homogéneo, o no debería serlo. El problema es que los colectivos de mujeres que aportan heterogeneidad están silenciados, por eso se habla de feminismo hegemónico y "otros feminismos". Por lo tanto, es necesario que las feministas blancas usen su privilegio para ceder espacios y dejen de acusarnos a las "otras" de dividir el movimiento.”
Para acabar la entrevista, Maite nos quiso dejar con una cita de Audre Lorde que nos parece que resume a la perfección todo lo que representa el feminismo interseccional:
"Lo que nos separa no son nuestras diferencias, sino la resistencia a reconocer esas diferencias y enfrentarnos a las distorsiones que resultan de ignorarlas y mal interpretarlas. Cuando nos definimos, cuando yo me defino a mí misma, cuando defino el espacio en el que soy como tú y el espacio en el que no lo soy, no estoy negando el contacto entre nosotras, ni te estoy excluyendo del contacto, estoy ampliando nuestro espacio de contacto.”
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