La presencia del gran depredador de los mares ha aumentado en las costas de California, donde se registraron las imágenes de este intenso rescate
21 de julio de 2018. En la playa de Capistrano Park, en California, una familia asiste atónita al intento de rescate de una cría de tiburón blanco que parece tener grandes dificultades para volver al mar, tras verse arrastrada hasta la orilla.
La familia no duda en coger el teléfono y grabar toda la escena, en la que podemos ver cómo varios hombres intentan ayudar a la cría a volver a la corriente antes de que ésta se vea ahogada en la orilla. Tras varios intentos fallidos, la protagonista de la grabación es finalmente capaz de arrancar el nado hacia el fondo del mar, resultando en un final feliz para todos.
Escenas como estas, aún siendo protagonizadas por un depredador como lo es un tiburón blanco, no hacen sino enternecernos y generar en nosotros cierto sentimiento de protección.
Al parecer las crías de tiburones son de las pocas con un comportamiento completamente independiente desde que son recién nacidas, por lo que la cría no se había extraviado de ningún grupo. Según explican los expertos, rápidamente tras nacer y empezar a nadar se alejan voluntariamente de sus madres, con lo que se ven obligadas a apañárselas por sí mismas a la hora de conseguir comida o evitar a depredadores mayores que ellas.
Las crías de tiburón son, además, especialmente estudiadas, ya que el número de crías de cada camada varía mucho dependiendo de cada especie, pudiendo llegar en casos extremos a las 200 crías (en el caso de los tiburones ballena, por ejemplo) o a los uno o dos por camada en el caso de los tiburones toro.
En este contexto, y teniendo en cuenta que el éxito de su supervivencia recae sobre todo en el área en el que han nacido así como en el tamaño que tienen, lamentablemente en algunas ocasiones se producen escenas como la que acompaña este post.
No en vano, en los últimos años se ha registrado una vuelta de tiburones blancos a la costas del sur de California, lo que supone un auténtico peligro para los bañistas de la zona, del que algunos científicos ya advirtieron hace más de 20 años. Aunque algunos señalan a la prensa como encargada de generar cierto sensacionalismo al respecto, lo cierto es que el aumento es real y cuantificable, no solo el de los ataques si no el de los avistamientos de este tipo de tiburones.
En este contexto, las autoridades encargadas de la seguridad de los bañistas se encuentran en la encrucijada de protegerles así como de preservar esta fauna marina, mientras se solicita a los grupos de riesgo (los surfistas, principalmente) que lleven a cabo una serie de medidas preventivas como evitar surfear a solas o no practicar surf en las área en las que se hayan producido avistamientos recientemente.
