Ver para creer: un ‘exorcismo’ en pleno vagón del metro de Ciudad de México

Hace ya casi 50 años que se construyeron las primeras líneas del metro de Ciudad de México, donde además se descubrió uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del país: el adoratorio de Ehécatl. Se trata de una pequeña estructura circular prehispánica (88 m2 de superficie) que servía para adorar al dios del viento, Ehécalt, y que se conserva dentro de la estación de metro Pino Suárez.

Además de su gran capacidad de pasajeros, actualmente el metro de Ciudad de México puede presumir de ser el más barato del mundo (¡22 céntimos de euro!). Sin embargo, a veces ocurren incidentes importantes como inundaciones, derrumbamientos o algún que otro exorcismo.

Sí, sí, exorcismo.

Como puedes ver en el vídeo al principio de este artículo, un hombre trajeado decidió exorcizar a una mujer en un vagón de la línea 3 del metro de la ciudad. Las imágenes muestran cómo los dos individuos se intercambian oraciones exorcizantes.

“En nombre de Jesús te vas de este cuerpo que no te pertenece”, grita el supuesto exorcista. “La sangre de Cristo tiene poder y nos libra de todo pecado”, se ríe la señora.

No sabemos hasta qué punto la mujer está fingiendo o realmente está poseída, pues entre risa y grito, intenta golpear con su paraguas al exorcista, que a su vez sigue perdonándole todos sus pecados. Menudo espectáculo.

No sabemos cómo comenzó toda la escena, pero sí sabemos que el exorcismo se ha vuelto un tema recurrente en México. El resurgimiento de esta práctica más bien medieval es una respuesta desesperada al narcotráfico. Al parecer los propios grupos narcotraficantes realizan sacrificios y rituales satánicos para que los demonios protejan su negocio.

En consecuencia las peticiones de exorcismo se han disparado y se realizan incluso a ciudades enteras dominadas por los negocios de la droga o al país entero. Es por eso que la Archidiócesis de México se queja del volumen de “trabajo” que tienen que soportar sus nueve exorcistas oficiales y ha pedido a los párrocos locales que primero se aseguren de que los fieles que mandan al ritual "estén realmente poseídos".

Algunos exorcistas nombrados por la propia Iglesia se quejan de que la sociedad mexicana se toma el exorcismo de manera muy superflua. Pero también en el seno de la Iglesia hay gente crítica con esa idea. El padre Ricardo Blanco, con más de 15 años como exorcista, asegura que echarle la culpa al demonio es una solución fácil pero no real para acabar con el narcotráfico. “Eso es tratar de despolitizar a la gente, de que la gente no se haga responsable del mal, de la injusticia, la violencia que hay en el país, y todos personalmente trabajemos por resolver el problema”, comenta.

Desde luego le echamos la culpa al demonio de los problemas que los humanos creamos. ¿O acaso es Satanás el responsable de, por ejemplo, el cambio climático?