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Artículo Karma instantáneo: una cliente contrariada quiso arruinar la carne de una carnicería, pero nada salió como pensaba Content

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Karma instantáneo: una cliente contrariada quiso arruinar la carne de una carnicería, pero nada salió como pensaba

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Contra todo pronóstico, la carne volvió a caer dentro de su recipiente en una auténtica burla cósmica

Playground community

22 Agosto 2018 19:05

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Lo hubiera intentado a propósito y no lo habría conseguido jamás. Y es que el ‘epic fail’ que se marca la protagonista de este vídeo es una auténtica joya.

La grabación fue registrada en Shanghai a principios del mes de agosto y en ella podemos ver a la clienta de un puesto de carne del mercado sufriendo un auténtico acceso de ira que termina con una situación surrealista.

Al parecer, la mujer había discutido con el carnicero supuestamente por los elevados precios de su mercancía. Agotada tras la discusión, no habría dudado en coger uno de los boles de carne expuestos y en lanzarlo al aire con toda su ira. Para sorpresa de todos los que por allí pasaban, el plan no salió como esperaba y, mágicamente, el pedazo de carne volvió a caer en el interior del bol, intacto, esta vez en el suelo. Una auténtica broma cósmica…. o uno de los ejemplos más claros jamás vistos de que el karma sí existe.

Para desgracia de la protagonista, la probabilidad de que eso ocurriera era ínfima, prácticamente imposible. Pero, ¿acaso no sabemos ya que cuando algo puede ir mal, seguramente irá mal? Hablamos, sí, de la muy famosa Ley de Murphy, que aunque parece denotar simplemente una actitud pesimista ante las cosas, lo cierto es que se trata de una ley empírica inspirada en la ley natural de la entropía.

El ejemplo más claro de Ley de Murphy es sin duda el de la tostada, la idea de que esta siempre caerá sobre el lado de la mantequilla cuando se escurra de nuestro plato o de nuestras manos. En 1997 el científico Robert Matthews elaboró una investigación con el objetivo de confirmar o no algunas de las más clásicas leyes de Murphy de nuestra historia, entre ellas la de la tostada. Dos años antes, un primer estudio sobre la misma materia le acabó haciendo merecedor de un Premio Ig Nobel, unos galardones que suponen una especie de parodia científica de los Nobel y en los que se premian aquellos trabajos científicos que «primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar».

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