Pintura, lienzos e inteligencia artificial. Lo que hace CloudPainter supera con creces a todo lo creado por otros robots artistas hasta la fechan
Parece innegable que la tecnología robótica va a cambiar por completo la manera en la que entendemos el mundo. Los robots y la inteligencia artificial han revolucionado totalmente industrias como la fabricación de coches, la telefonía móvil o la aviación, y prometen hacer lo mismo con muchas más áreas de nuestra vida.
Así, por ejemplo, en muy pocos años hemos visto irrumpir invenciones como coches que se conducen solos, asistentes virtuales capaces de dar conversación o hacer encargos por nosotros, o tiendas inteligentes en las que no es necesario pasar por caja para pagar. Sin duda, todos estos avances tendrán un impacto muy profundo sobre la manera en la que vivimos. Sin embargo, tradicionalmente han existido una serie de campos en los que los humanos no hemos tenido ningún tipo de competencia. Nos referimos, entre otras cosas, al arte. Sin embargo, ese dominio humano indiscutible puede estar a punto de terminar.
En los últimos tiempos empiezan a proliferar los "robots artistas" que utilizan la inteligencia artificial para pintar cuadros. Y los "talentos" de alguna de estas redes neuronales dedicadas al lienzo empiezan a ser apabullantes. De dejar con la boca abierta.
En el vídeo podemos ver al ganador de la última edición de RobotArt Competition, un concurso celebrado anualmente en el que se reparten hasta 100.000 dólares en premios para aquellos constructores de robots capaces de crear la mejor máquina artista. El ganador de este año, conocido como CloudPainter, utiliza una serie de redes neurales, técnicas de inteligencia artificial y bucles de retroalimentación para crear cuadros de estilo impresionista con una destreza impresionante. Su constructor, Pindar Van Arman (Washington DC), ha conseguido 40,000 dólares al ganar el primer premio del concurso.
Según este ingeniero, el robot al principio era incapaz de hacer mucho más que conectar puntos con líneas. Sin embargo, según fue avanzando en su desarrollo, pronto adquirió cada vez más habilidades. Así, primero pasó a rellenar huecos con colores, y más tarde empezó a usar la inteligencia artificial para crear composiciones, elegir los colores adecuados, y así hasta, vía algoritmos, ser capaz de crear sin necesidad de ser dirigido por Pindar.
Aunque en un principio el robot necesitaba siempre "ver" una imagen como primer imput, que más tarde reproducía o variaba sobre el lienzo, en sus últimas versiones el CloudPainter es capaz de crear sus propias composiciones sin ningún tipo de guía. Esto empieza a acercarse peligrosamente al trabajo de un artista humano.
Avances similares se han producido en áreas como la música, la literatura o la poesía, y la pregunta flota en el aire con cada vez más fuerza: ¿hasta qué punto podrán los robots sustituir a los humanos en el arte?
Según algunos expertos, esto no será sencillo, por mucho que avance la tecnología en este área. El principal motivo es que el arte tiene la intención fundamental de transmitir algo: una emoción, un comentario profundo sobre algún asunto, una crítica, un estado de ánimo... Aunque un robot sea capaz de crear pinturas o canciones originales, aún queda mucho tiempo para que comiencen a desarrollar sus propios sentimientos, si es que esto sucede alguna vez.
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