El tipo, un hombre caucásico, impide por la fuerza que el chico salga de la tienda solo porque sospecha que es un inmigrante ilegal
Hay quien dice que donde el amor libre fracasó, el odio libre está teniendo un éxito asombroso. Más allá de la ingeniosa frase, lo cierto es que vivimos tiempos en que el odio campa a sus anchas y escenas que creíamos que habían sido exorcizadas para siempre, se nos presentan continuamente en los sitios menos esperados.
Como el supermercado en Ontario, Canadá, en el que hace unos días, un hombre caucásico decidió que otro cliente era un inmigrante ilegal, y se invistió a sí mismo con la facultad de detenerlo mientras llamaba a la policía para que acudiesen a arrestar al muchacho. Algunas personas, al ver el vídeo con el incidente colgado en redes sociales, se preguntaron por qué esta persona había decidido hacer un "arresto ciudadano" —según lo calificó él mismo—, se preguntaron si es que el otro había robado algo, o realizado alguna conducta censurable… pero no. Solo era una persona de origen extranjero.
El incidente ha sido recogido en el vídeo y en este se ve cómo el chico extranjero, con una sudadera y una capucha, trata de salir de la tienda, mientras el caucásico, con pantalones cortos y camiseta se lo impide. Una de las empleadas de la tienda trata de intervenir, pero el tipo que lo detiene está muy seguro de sí mismo y de sus razones y llega incluso al contacto físico, para impedir que el otro siga su camino. El incidente está siendo investigado como un asunto de odio, si bien el afectado ha decidido no presentar cargos.
Este incidente materializa una tensión que flota en el ambiente en Canadá, donde las políticas migratorias han llevado a los miembros del Partido Conservador de ese país a hablar de una situación de auténtica “crisis”.
Toronto acaba de recibir once millones de dólares extra para gestionar las necesidades de los refugiados que ha recibido. Quebec empieza a rechazar dar servicios a algunos de estos refugiados por miedo a colapsar el sistema público. Hay voces que repiten que la situación se está haciendo incontrolable y la oposición busca forzar reuniones de emergencia en agosto, difundiendo el miedo a la insostenibilidad total y quiebra del sistema de servicios públicos esenciales.
La famosa frase de Justin Trudeau de “Canadá ama a los refugiados” que fue tuiteada e inmediatamente borrada, ha levantado ampollas en grandes sectores políticos y sociales que lo interpretan como una invitación a la inmigración ilegal y descontrolada.
Sin embargo desde el gobierno se sostiene que este miedo es interesado y no refleja una realidad, sino que se está produciendo una adaptación a una nueva realidad y que todo mejorará. Algunos califican esta difusión del discurso miedo como un “cáncer”. Lo cierto es que este discurso político y episodios como el del vídeo vienen a tumbar el mito del Canadá progresista e inmune a las escenas de la confrontación, odio y resentimiento.