El percance que nos ocupa suena tan retorcido, tan improbable, que parece más el giro de una película de serie Z que un titular en la sección de sucesos de un periódico nacional. Pero, trágicamente, se trata de lo segundo.
Los hechos tuvieron lugar hace solo unos días en la isla de Sulawesi, en Indonesia. Un hombre se despedía de su madre cuando, en un momento del rito funerario que se oficiaba en memoria de ella, el féretro de la misma se desplomó, con tan mala suerte de hacerlo justo encima de su hijo, causándole la muerte.
La víctima se llamaba Samen Kondorura, tenía 40 años y su trágico final, registrado en un vídeo que ya ha dado la vuelta al mundo, provocó momentos de estupefacción no solo para los asistentes a la ceremonia sino para todos los que se han topado con las imágenes por la red.
Los familiares de la difunta se encontraban siguiendo el rito habitual de la zona por el que los muertos son subidos en su ataúd hasta un lakkean, una construcción tradicional elevada sobre pilotes de madera en la que se dejan los restos mortales.
Según declaró el jefe de la policía, Julianto Siratir, el problema fue que el peso del grupo que transportaba el féretro hizo que la estructura se desplomara: “La escalera tembló y se derrumbó en cuestión de segundos, con la mala suerte de que el féretro le cayó justo encima”. Entre todos los heridos, porque hubo varios, el más grave fue Kondorura, quien fue trasladado en vida al hospital pero falleció pocas horas más tarde.
A pesar de que la mayoría de los habitantes de la zona son cristianos, en sus ritos funerarios se plasman tradiciones provenientes de la religión tradicional de la isla de Sulawesi, llamada ‘Aluk To Dolo’ o ‘camino de los ancestros’, como esta.
Según explica National Geographic, la tradición consiste en realizar una especie de ‘fiesta’ en la que el fallecido vendría a jugar el papel del ‘invitado de honor’: adornado con un montón de flores, su ataúd es levantado por la familia al ‘lakkian’ (esa torre de zancos de madera) para, después, celebrar un gran festín en su honor que en ocasiones puede costar decenas de miles de dólares y durar varios días y en el que la gente canta, baila y disfruta de guisos de carne de cerdo entre otros manjares.
Como es obvio, el de la señora Kondorura no llegó a desarrollarse como debería. Aunque el jefe de policía ha declarado que el accidente fue debido a una construcción defectuosa (al parecer, los constructores no habrían reforzado adecuadamente la escalera por la que debía subirse el féretro), la familia no ha querido presentar cargos de ningún tipo contra ellos y ha optado por colocar el féretro de Samen junto al de su madre.