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Sales a cenar fuera. Pides tu comida y te la traen. La catas, comienzas a explorar con cada bocado y de repente… encuentras algo que no debería estar ahí. Que no debería estar, no ya en tu plato, sino en la cocina. Algo que no debería estar en todo el restaurante, al que se supone un espacio limpio, higienizado y respetable con toda normativa sanitaria. Porque en tu sopa hay, no ya un pelo, no ya una mosca; en tu sopa hay un ratón.
Un ratón muerto, de cuerpo entero.
Una cría de ratón que, como en un cuento infantil, cayó en el cuenco de la sopa y no pudo nadar o se agotó hasta ahogarse. O se escaldó.
El vídeo que encabeza estas líneas retrata tal episodio y fue grabado el pasado 6 de septiembre en un restaurante de la cadena Xiabu Xiabu de en la ciudad de Weifang, en China. Ahora bien, la historia tiene una vuelta de tuerca que hace que todo sea mucho más dramático.
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Esa experiencia ya sería bastante desagradable en sí misma, la visión de ese ratoncito, si ya has ingerido algo de sopa. Pero una de las personas a la mesa y que responde al nombre de Sra. Gao tenía también algo dentro, oculto a la vista: un feto.
La Sra. Gao está embarazada. Y estaba comiendo sopa. Y entonces llegamos al momento en que la realidad supera a la ficción. ¿Hablaron de denuncia? ¿Hablaron de proceder a un examen médico? La respuesta del mánager del local ante la más que comprensible queja de la Sra. Gao fue ofrecerle dinero. ¿Para qué callara? ¿Para que no denunciara? No. Para que abortase, si es que se había quedado preocupada por la salud de su feto.
“Si estás preocupada por el bebé, te daremos 20.000 yuanes para que abortes”
Encargado restaurante Xiabu Xiabu de Weifang
Ya ves, vas a cenar, te dan mal producto, y sales con un vale equivalente a más de 2500 euros para costear tu aborto. Que no se diga que la restauración internacional tiene las ideas agotadas.
Todos hemos oído historias, en cualquier país y casi en cualquier tipo de restaurante, que suenan similares al principio: moscas, heces, ratoncitos u objetos que se han caído en la olla. Pero como dijimos, es ese desenlace propuesto por el mánager lo que adorna esta historia con un halo terrible de casi irrealidad.
Las autoridades locales han cerrado temporalmente el establecimiento y están estudiando el caso.
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