Aunque parezca difícil de creer después de ver el terrorífico vídeo, solo una persona resultó herida
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Hubo una época en que la infancia también consistía en quedar tras el colegio para abrirse la cabeza a pedradas. Suena peor de lo que era, tal y cómo le hemos escuchado narrar a hermanos mayores, padres y abuelos, pero tampoco es la mejor de las actividades extra académicas.
Este vídeo demuestra que siempre puede hacerse peor. La grabación del pasado 19 de octubre registra un enfrentamiento entre jóvenes sudafricanos uniformados como estudiantes de secundaria en Limpopo. Acaban de salir de la escuela. Es un enfrentamiento masivo, y por si no fuera bastante malo el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, la pelea tuvo lugar usando “pangas”. Tal es el nombre que recibe el tradicional y letal machete de la región.
Viendo el vídeo, intentando descifrar el caos entre la polvareda, los gritos y la estampida humana sin rumbo, el primer pensamiento que se viene a la cabeza es que resulta milagroso saber que tan solo un adolescente resultó herido, según informaciones del periódico local The Times.
¿Cuál fue el motivo de la trifulca? Está perdido y disperso en la polvareda. Se desconoce. El representante del Departamento de Educación de la provincia, Sam Makondo, promete llegar al fondo de la cuestión y como primera medida, nueve jóvenes identificados han sido suspendidos de su asistencia a clase en el Instituto de Secundaria Tlakale Mashashane.
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Mr. Makondo no se atreve a afirmar que los objetos que blanden algunos de esos muchachos sean genuinos pangas o algún artefacto de aspecto similar bastante logrado y que se usaran más para meter miedo que para causar genuinos daños. Aun así, no es tranquilizador. El representante también afirma que no se puede distinguir ni quién persigue a quién. Nosotros nos atrevemos a sugerir que, en estos casos, el que no lleva machete es el que suele huir.
Los funcionarios responsables esperan que la encuesta pública deje claro qué llevó a este caos y quiénes lo promovieron, así como reiteran la absoluta y lógica prohibición de portar ninguna clase de armas en el centro académico.
Esperemos que si la situación se repite, la suerte vuelva a prevalecer y no se causen más heridos. Pero mucho mejor será que en el Instituto Tlakale Mashashane predomine el orden y el deseo de aprender.
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