Alex Anwandter: un músico que compone mientras esquiva balas de goma

Alex Anwandter llegó a Chile, desde Estados Unidos, el jueves 17 de octubre. Ese mismo día, carabineros, fuerza policial y militar chilena, reprimían a miles de ciudadanos que protestaban en las calles.

La mañana siguiente, casi la totalidad de los efectivos estaba “defendiendo” edificios y estaciones del subterráneo. Defendían objetos de miles de personas que sólo querían levantar un reclamo masivo contra un modelo de país desigual.

Chile, ese que fue el american dream latinoamericano, se vino abajo. Chile despertó. Y Alex Anwandter estuvo ahí, en las calles de su país, viendo como esa fantasía se cae y cómo le pasaban por la oreja las balas de goma de los pacos (policías). Al mismo tiempo hizo una canción.

Una semana después de llegar grabó “Paco vampiro”. Dice la canción: “paco vampiro, hasta tu mamá te dice conchetumadre, ya no seas traicionero y admite la verdad, que la sangre que derramas es tu hijo y tu mamá y son tus balas!”.

Alex es como una antena alta y flaca —casi rapada y con lunares por todo el cuerpo— que capta lo que pasa a su alrededor y lo convierte en música. Eso es “Paco vampiro”, una instantánea de lo que pasa del otro lado de la Cordillera de los Andes. Y también eso fue Latinoamericana, una radiografía del retorno de la derecha en América Latina.

“Cuando empezaron a pasar cosas desastrosas en la política mundial de esta época, me di cuenta que no quería ser tan concreto a la hora de analizar y hablar de eso. Por eso me volqué hacia un fanatismo historicista como un método de exploración de los fenómenos actuales”, explica Alex cuando le pregunto sobre cómo abordó los temas que están en su último disco: discriminación, violencia, saqueos, colonialismo.

También agrega: “Tomé la historia para evidenciar lo común que han sido ciertas experiencias en distintos países de América Latina: cada país siente que está en una crisis muy intensa, pero no todos están en la misma situación, sin embargo esa sensación conecta a los países y lo hace a través de ideas, valores culturales y de todo tipo de eventos que hemos ido viviendo en conjunto”.

¿Qué te pasó?

Conocí a Alex Anwandter a comienzos de octubre en Buenos Aires, cuando vino por un show. Lo conocí dos días después de que me llenaron de golpes la cara al grito de “a vos te gustan los tipos y se te nota, a los putos hay que matarlos a todos”.

“Oye, si no te molesta que te pregunte… ¿qué te pasó?”, me dijo Alex apenas empezamos esta entrevista: tenía la cara llena de marcas y el ojo ensangrentado.

Después de contarle lo que había pasado respondió: “Es fuerte que pasen estas cosas. No me deja de sorprender. No está tan separada la línea entre un asalto o un ataque de odio. En mi mente, Argentina está mejor que Chile en esta cosas, pero también en mi mente EEUU está mejor y sin embargo matan gente por estas cosas”.

En Argentina, se cometieron 103 crímenes de odio en 2017, y en 2018 aumentaron a 137, según datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT. Vivimos en una sociedad precaria: los trabajos son precarios, el Estado es precario, los vínculos son precarios. La precariedad se ve en la calle, se mete hasta en el living de nuestra casa y genera violencia por todos lados. La violencia crece y lastima. En Chile, lo que empezó como una protesta estudiantil contra el aumento del boleto del metro, terminó con una represión brutal, un toque de queda y militares tomando las calles.

Hasta el momento, según datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos chileno, ya se iniciaron 219 acciones legales por homicidios, violaciones y torturas. Además, se registraron más de 5 mil personas detenidas (incluidos niños y adolescentes) y casi 2 mil personas internadas en hospitales, algunas con heridas de balas. La fiscalía de Chile está investigando 23 homicidios: dos ocurrieron dentro de una comisaría.

En medio de toda esa violencia, Anwandter puede hacer canciones contra los militares y también música bailable y súper íntima. “Después de Latinoamericana pensé que no iba a poder hacer más canciones bailables y que iba a terminar como Ryuichi Sakamoto interpretando mis canciones en un piano en la mitad de la montaña”, dice y al instante agrega: “Pero me sorprendí a mí mismo haciendo música ultrabailable y ultraíntima otra vez para mi próximo disco, seguro va a entrar alguna dimensión política en eso, pero vuelvo a hablar de mí y eso es algo que no hacía hace como siete años”.

Alex dice que recibió “una bofetada cuando estas figuras conservadoras, como Bolsonaro o Trump, aparecieron”. También explica que “cuando asumen el poder se retroalimentan con esa masa popular que los votó y se autovalidan mutuamente: crecen como una bola de nieve y de repente empiezan a aparecer más ataques homofóbicos, más leyes desprotegiendo gente que debería estar protegida y realmente así es todo”.

“Odio a todo el mundo y el mundo me odia en mi cuadra, todos nos quieren matar”, dice una de las canciones de Latinoamericana, creada en ese momento donde emergieron estas figuras conservadoras. “Vi en estos años como una pérdida de la lógica total de repente ponen en un panel a un militante de Derechos Humanos con un pastor evangélico homofóbico. Esa ola de violencia en distintos niveles y en todos lados fue media sorpresiva y el disco está en medio de esa incertidumbre y de esa sorpresa”.

Pero desde que ese odio apareció ya pasó un tiempo y cuando le pregunto cómo se siente ahora, si está más tranquilo, dice: “Ya no me siento tan pesimista, tuve tiempo de analizarlo, porque la violencia no es algo que uno racionaliza inmediatamente: cuando te pegan una cachetada en la cara no hay pensamiento por un rato, cuesta un poquito de tiempo procesarlo”.

“¿Y cómo pides paz mientras torturas? ¿cómo pides paz mientras tú matas? ¿cómo pides paz mientras matas? Hay que ser muy care raja (descarado) para pedir paz si no hay justicia”, pregunta Anwandter en Paco Vampiro.

Sin embargo, ahora que Chile despertó y que salió a la calle para exigir poner fin a 30 años de desigualdad, él está “más optimista que nunca”.

Dice Alex: “Entre que la gente que articuló resistencia y los memes de perros, me doy cuenta que la vida es más gay de lo que uno cree… Y con eso se alivia un poco todo esto”.