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Artículo Corona Capital 2019: dos días de música que diluyeron el OK, Boomer Culture

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Corona Capital 2019: dos días de música que diluyeron el OK, Boomer

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Foto: Raúl Kigra / OCESA
 

Chicas que treparon a los hombros de sus papás para ver a Billie Eilish convivieron con fans nostálgicos de Travis y Franz Ferdinand

PlayGround

20 Noviembre 2019 01:26

Por Carlos Shue

La sensación viral del “OK boomer” se diluyó, al menos durante un par de días: el Corona Capital 2019 hizo que generaciones muy distintas entre sí disfrutaran juntas.

Las discusiones generacionales ocurren todo el tiempo en los rincones digitales, y más cuando se tratan de expresiones artísticas como la música. Que si el rock está muerto, que si el reguetón es el nuevo pop, que si el k-pop es el futuro de la música, que si la música de ahora es intrascendente y no tiene el mismo valor que “la de antes”...

Pero el intercambio de burlas y reclamos que leemos diario en Twitter e Instagram no llegó al mundo real del Foro Sol, donde fans de artistas menores de 20 años convivieron con fans de artistas que llevan más de 20 años en el escenario. ¿OK, boomer?

Desde hace un par de años, el Corona Capital se consolidó como el festival más importante de México en cuanto a cartel, convocatoria y número de asistentes. En esta edición, la décima en su historia, sumó 95 mil personas cada día.

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Foto: Raúl 'Kigra' / OCESA

Cinco escenarios, más de 50 bandas y un sinfín de activaciones de marcas se reunieron durante un fin de semana en el que centennials y millennials caminaron entre los mismos escenarios que otros tantos gen X.

Tanto sábado como domingo cumplieron con su mezcla de bandas recientes y de antaño, sentimientos de emoción por lo nuevo y de nostalgia por lo conocido. Pero buena parte del público va por tres o cuatro actos, usualmente los headliners, haciendo que las bandas nuevas —casi siempre las que tocan más temprano— se enfrenten a un paisaje desolador de unas cuantas personas.

¿Tú qué preferirías? ¿Tocar frente a 10 personas que te conocen y te admiran o frente a una multitud que no tiene idea de quién eres pero les funcionas como música de fondo mientras toman algo? Un cuestionamiento difícil que quizá se habrán hecho los miembros de bandas como Sales o The Front Bottoms.

El sábado fue sin duda el día con más bandas jóvenes, como Mija, que presentó por primera vez su live, ante un público moderado pero cautivo. Noah Cyrus, sobre un escenario mucho más grande, convocó a miles de centennials como ella, quienes coreaban y saltaban ante cualquier movimiento de la cantante... hasta que tuvo que huir justo en la última canción.

Otras que destacaron el primer día fueron Georgia y King Princess, ambas en sus veintes (25 y 20 años, respectivamente). La primera con una propuesta de electropop rebelde concebido como una oda a las pistas de baile y quienes viven en ellas; y la segunda, que sorprendió con su pop melódico con tintes de rock en un despliegue de energía que le augura un gran futuro.

También hubo bandas de millennials que aún logran conectar con los más jóvenes por su música destinada a pasar un buen rato y bailar, como St. Lucia, Miami Horror y Poolside, estas dos ya viejas conocidas en México.

Curiosamente, la única banda que pudo haber atraído a los boomers fue The B52s, pionera de la vanguardia del new wave ochentero, y a la que muchas bandas de los 90, 00 e incluso de ahora le deben a nivel estético y sonoro. Pero no fueron boomers sino gen X y millennials quienes compusieron su audiencia, unidos por el baile.

Mientras tanto, en otro escenario, Cat Power hacía señas para que le subieran a su voz, que no se escuchaba como debía. En algún punto vi cómo madre e hijo abandonaron el escenario, decepcionados: ¿será que ella era fan y se disgustó por el sonido, o que él esperaba ver a algún DJ con máscara de gato y no a una señora que expresaba comentarios como “this is an old song from when I was a young girl, look at me now”?

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Foto: OCESA/José Jorge Carreón

El frente por la nostalgia fue liderado por Travis, Weezer, Franz Ferdinand y The Strokes, quienes por sí solos convocaron a gran parte de los asistentes, o al menos eso indicaba la cantidad de gente en sus shows y los miles de fans con playeras de estas bandas.

Para los más alternativos, las opciones fueron The Japanese House y Dirty Projectors, que dieron sets impecables, aunque para muy pocos espectadores (lamentablemente).

Mezcla generacional

El domingo, las probabilidades de lluvia por fortuna nunca se cumplieron y los ánimos se sintieron un poco más elevados con actos pop y electrónicos, entre ciertas joyas rockeras como Lucy Dacus, quien se declaró anti-Trump, mientras se mostraba sorprendida de que alguien la conociera y se supiera sus canciones; o Two Feet, que entre su encanto, guitarras y synths atrajo a una gran parte al escenario principal.

La hora de la nostalgia alternativa llegó con Broken Social Scene: lo mismo podías ver hombro con hombro a la pareja de 40 años cantando cada palabra que al par de amigas tomándose selfies para publicarlas como historias de Instagram.

Para Flume, de 28 años, una avalancha de personas, en su mayoría jóvenes, saturó el tercer escenario más grande, saltando ante los breaks electrónicos y documentando cada movimiento de los performances que el músico y su vocalista orquestaban, acompañados de visuales cautivantes.

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Flume en el Corona Capital. Foto: Ocesa/Lulú Urdapilleta

A partir de entonces, la diferencia de edades entre los escenarios y sus presentaciones estuvo muy marcada.

The Raconteurs, Keane e Interpol para los de cierta edad, y Billie Eilish, Polo & Pan y Years & Years para los menores. Sin embargo, había un común denominador: la conjunción generacional. Lo mismo te encontrabas al chavorruco fan from hell de Keane que al papá con la hija de 12 años en hombros viendo a Billie Eilish.

Lejos de sentirse fragmentado (salvo por la división de la zona VIP en uno de sus escenarios), el Corona Capital se siente como la única plataforma masiva de música en vivo que logra reunir a personas de edades tan diferentes, comulgando en pro de la música que les gusta, o simplemente en pro de la fiesta.

Es notorio que para mucha gente, éste representa su primer festival, pero conviven con otros tantos que llevan “toda una vida” asistiendo. Y eso está bien, hashtag all generations matter. Cada banda y cada marca tienen su propio target: ¿qué no siempre ha sido así?

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