La Favi y Trap Sade presentan 'No lo siento', una mixtape grabada en Nueva York junto a AC3 de La Vendición y Dinamarca, que podéis escuchar en exclusiva en PlayGround
"En la oscuridad". "En la oscuridad". "En la oscuridad".
Casi a modo de estribillo, "en la oscuridad" es el motivo que articula No lo siento, el tema que da nombre a la nueva mixtape que Natalia García, La Favi, ha grabado junto a la rapera estadounidense Vianey Sade (Trap Sade).
Sin colaboraciones, bilingüe y producida a cuatro manos con AC3 de La Vendición y el sello sueco Dinamarca, No lo siento propone un nuevo descenso a los infiernos, un paseo por esa noche opaca que, como explica la propia cantante, te obliga a soltar el dolor en vez de sufrirlo en silencio.
Si con la publicación de Venganza, Natalia García reinterpretaba a Camarón, y nos obligaba a leer su música en el cruce entre la memoria colectiva y el genio individual, en No lo siento propone un juego de contrastes y simetrías con la voz de la rapera. Juntas, La Favi y Trap Sade, exploran la realidad de un dolor —tan ancestral como político— que tanto le debe a las raíces flamencas de la primera como a la rudeza urbana de la segunda, que se crió entre el Bronx y Nueva Jersey.
Aunque un hilo invisible une su trabajo al de la barcelonesa Albany, la nueva mixtape de La Favi desborda una vez más las fronteras de este género indefinible, pero identificable, y se sitúa geográfica y musicalmente en un interregno. Así, las canciones de No lo siento esquivan la burbuja del trap con la que se ha atragantado la industria, y transitan libremente entre los ritmos más reguetoneros de 'Somebody' y las armonías pop de 'Run'.
Estos temas, que podéis escuchar aquí por primera vez, nos recuerdan insistentemente la ambigüedad del verbo "sentir", ya que "no lo siento", en español, tanto puede referirse a la incapacidad para experimentar algo —y por momentos las canciones de La Favi nos recuerdan la insensibilidad estoica frente las pasiones humanas— como al acto —resistente y orgulloso— de negarse a pedir perdón, de cancelar todo arrepentimiento.
Quizá No lo siento sea los dos cosas a la vez. Un ejercicio de indocilidad artística, en el que la entereza de La Favi nunca llega a ser sinónimo de invulnerabilidad, pero en el que la melancolía se erige como el bajo continuo de unas canciones que, cuando terminan, nos obligan a repetir rítmicamente un único mensaje.
"En la oscuridad", "en la oscuridad, "en la oscuridad.
