Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Culture
Yves Mathieu es un semidiós con el 90% del cuerpo tatuado que lleva años ayudando a la comunidad LGTB, los sintecho, los animales y las personas mayores
14 Septiembre 2018 12:41
Lo primero que salta a la vista al ver a Yves Mathieu es que es tan sumamente guapo que incluso incomoda. Es una de estas personas tan bellas que solo de imaginarte en la misma habitación — o, en mi caso, en el mismo edificio— que él, te pondría nerviosita (o nerviosito).
Mathieu, de 24 años, acaba de dar su salto definitivo en la industria con su participación en la Semana de la Moda de Nueva York.
No hace falta pegar un repaso a todos los debutantes de esta edición para tener claro que el suyo será uno de los rostros más recordados. Afroamericano, con los ojos verdes, tatuado hasta la frente y abiertamente queer, Yves Mathieu no es lo que estamos acostumbrados a ver sobre las pasarelas.
Antes de ponerlo directamente en el pedestal de los guapos hay que dejar claras dos cosas: la primera es que Mathieu es mucho más que un modelo, la segunda, que ya era más que conocido en el instagrameo internacional desde hacía meses por su faceta como activista.
Yves tiene más de 100.000 seguidores en Instagram. Muchos de ellos llegaron a su cuenta cuando una de las imágenes de él sosteniendo un cartel de “LAS MUJERES TRANS TAMBIÉN”, durante la Women’s March, se hizo viral.
“No lo hice por la fama, por hacerme viral ni nada de esa naturaleza”, explicó a Vogue. “Solo fui allí intentando incluir a todo el mundo, a todas las mujeres”.
Porque Mathieu es, además de modelo y músico, activista y voluntario desde sus años adolescentes. Ha realizado voluntariado en albergues para personas sin hogar, para personas LGTB+ que han tenido que huir de casa y en residencias para ancianos.
Wait, que hay más, que con el tiempo que le sobra acoge a perros abandonados o rescatados del mundo de las peleas callejeras y les da un hogar hasta encontrarles una familia adoptiva definitiva.
Ah, y también da charlas en los colegios para hablarles a los adolescentes sobre los peligros de las drogas, ya que él mismo es un adicto en recuperación.
Este chico no es solo un crush, es todas las cosas que uno aspira a ser en la vida en un cuerpo que es una obra de arte. Ya no sé si estoy enamorada de él o solo me siento muy mala persona a su lado. Lo que más impacta de Mathieu es que parece no darle mayor importancia a todo el tiempo que dedica a ayudar a otras personas, ni se toma a mal que su aspecto pueda generar suspicacias de primeras.
Con el 90% de su cuerpo tatuado, Mathieu está acostumbrado a que las cejas se levanten con su llegada, “Cada vez que iba a estos sitios a hacer voluntariado, la gente simplemente no sabía cómo leerme”, contó a Vogue. “No saben exactamente qué está pasando, si estoy ahí por un programa de la cárcel o si soy un ex convicto intentando rellenar mis horas de servicio a la comunidad”.
Y, espera, que ahora te va a dar el suspirito de “Ay, que me da algo”: “No, solo soy un joven al que le gustan las personas”.
Por aquí ya nos estamos peleando por quién lograría ser su colega en una realidad paralela en la que, por lo que sea, le conocemos. Esperamos fervientemente haber generado este mismo conflicto en vuestra alma.
share