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Si viste una gorra con el lema Make America Great Again, si se reúne con Donald Trump, si su mujer se reúne con Donald Trump, si todo eso y todo eso a la vez, probablemente estemos hablando de Kanye West y si estamos hablando de Kanye West —estamos hablando de Kanye West— podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que no: que a Kanye West, el Partido Demócrata, pues que no.
Contracción entre black —“negro”— y Brexit —“ya tal”—, Blexit es una iniciativa que quiere sacar a los afroamericanos del marco mental del Partido Demócrata. Dejar de emitir votos en su favor, como la comunidad negra suele hacer de forma mayoritaria en Estados Unidos, para apostar en su lugar por el Partido Republicano. ¿Cómo ha presentado West esta plataforma?
Con las guitarras y tambores del textil: camisetas y gorras; dentro imagen.
www.blexit.com
En algunas prendas sólo pone Blexit, en otras We Free —“Liberémonos”—. En todas ellas, el logo de una ‘X’ antropomórfica destaca por encima del conjunto. La decisión no es baladí: Malcom Little, teniendo en cuenta que los apellidos que se le habían dado a los miembros de su comunidad habían sido impuestos por el hombre blanco, decidió sustituir el suyo.
En 1952, (re)nació como Malcom X.
Los diseños de West fueron presentados este fin de semana en las Young Black Leadership Summit, unas jornadas organizadas por el grupo de abogados conservadores encabezados por Candace Owens. Esta divulgadora afroamericana, cercana a los preceptos políticos de West, dijo que Blexit suponía, literalmente, un “renacimiento” para todos aquellos que quisieran renegar del Partido Demócrata.
“Me siento honrada al anunciaros”, declaró Owens, “que estos logos, estos colores, han sido creados por mi querido amigo y superhéroe Kanye West”. Para ser un superhéroe, los frentes de libertad que está siendo capaz de abrir el rapero resultan cada vez más estrechos: la respuesta a un Partido Demócrata indigente nunca debería ser el endorsement de quiénes blanquean a los neonazis.
¿Qué neonazis? En Infiltrado en el KKKlan, Spike Lee incluye imágenes del antiguo líder del Ku Klux Klan lanzándole flores a Trump en Charlottesville, el mismo día que Heather Heyer falleció tras de ser arrollada por un coche. “¿Supremacismo blanco y el Klan?”, se preguntó Owens tras el asesinato de Heyer. “¿Eso es de lo que debemos preocuparnos esta semana? ¿Os parezco idiota?”.
“Os daré un titular”, añadió la divulgadora, “no me preocupa lo más mínimo lo que pasara en Charlottesville."
Sacar a colación la nueva película de Spike Lee —autor, a su vez, de Malcom X— nos sirve para plantear el único escenario del que Kanye West podría salir indemne de esta deriva: si el policía afroamericano Ron Stallworth militó en el Ku Klux Klan para reventarlo desde dentro como muestra Infiltrado en el KKKlan, ¿no estará haciendo lo mismo West con el Partido Republicano del que Trump es ahora líder?
¿No es más bello, eso, que pensar que el autor de Yeezus es ahora un puto nazi?
¿No es más bello, eso, que pensar que Black Skinhead sería ahora una canción RAC?
