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Entrevista La Favi habla con los muertos Culture

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La Favi habla con los muertos

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24 Agosto 2018 14:06

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Si no conoces a La Favi no pierdas un minuto más. Jugamos con ella al juego que ha propuesto en 'Venganza', una de las canciones más fascinantes del año

La Favi ha propuesto un juego fascinante con Venganza.

La Favi habla con los muertos. Si Camarón cantaba por alegrías quién te ha quitado el color / que estás tan descolorida / te lo quitó un marinero / con palabritas de amor, La Favi le contesta a Camarón que sí. Que fue un error pensar que la quería, pero lo que hace a continuación es mucho más que darle la razón al de La Isla cuando dice que confianza en el hombre nunca la tengas: solo con añadirle un prima a esa frase, y sonando en su voz, Venganza deja de ser una versión y se convierte en un tema absolutamente propio, más cercano a un estado de alerta que a uno de autocompasión.

En pocas palabras: incluso lamiéndose las heridas La Favi es una fiera.

Lo primero que hace cuando le preguntamos por Venganza es citar sin querer, instintivamente, a Lorca: "Mi sangre se quema, los recuerdos se llevan en las venas. La venganza es el sueño y la fantasía. Yo no voy a matar a nadie pero ¿y si lo hiciera?", nos escribe. El poeta granadino definía así en una conferencia de 1933 el duende: "Para buscar al duende no hay mapa ni ejercicio. Solo se sabe que quema la sangre".

"Esta fue una de las primeras canciones que grabé este año y quería pasar un adelanto de mi proyecto a quienes me escuchan, aunque lo escuchen siete", bromea. Sabe que son muchos más, aunque de momento las escuchas de Venganza avancen mucho más despacio que las de sus temas con Ms Nina, Deltatron o Tomasa del Real. Lo que viene puede, debe, ser el despegue. "El disco es amor en tiempos de guerra, es oscuro, tiene algo para bailar y salir a hacer cosas por la noche más mi pena y mi esperanza".

Natalia García —californiana de abuelo almeriense— sabe que su voz, como dice, "tiene su lugar" y agradece la formación en un coro religioso cuando era pequeña.

"Crecí muy rápido. No era muy normal. Éramos como niñas gorditas góticas de 11 años escuchando cumbias y comiendo Cheetos en el parque y de repente hombres que nos trataban con un nivel de thirst [invasividad sexual] impresionante. Yo no quiero que las niñas tengan que afrontar tanto acoso, que tengan que crecer así, no es justo", afirma. El discurso social, con los años, no hizo sino crecer. Trabajó en una clínica de salud con mujeres expresidiarias. "No duré mucho tiempo porque no estaba de acuerdo con cosas como la forma en que se trataba a las mujeres, por parte de personas que dicen estar allí para ayudar pero se están lucrando con el problema. Los de afuera no pueden venir a un barrio y decir cómo se tiene que cambiar esto o lo otro. Dejen de pensar que son más inteligentes que los demás y que si las personas están en una situación en la cual tú no estás no es por que tú seas mejor persona, hay un sistema económico que dependiendo de tu posición social te respalda o te mantiene allí fucking trapped".

"Cadena de oro y chicle de menta" —la frase es suya— podría ser una definición bastante aproximada de su universo actual. También de la soltura con la que deshace el nudo entre legado colectivo y propia creatividad. Especialmente si hablamos de flamenco.

"Venganza es una alegría, la primera que me enseñaron. La versión de Camarón es muy conocida, habla de Cádiz, y en mi versión menciono la bahía del norte de California, donde nací. Hace tiempo que vengo grabando versiones de canciones tradicionales con otras bases más RnB, porque crecí más con eso. Yo no quiero faltarle el respeto al flamenco porque los palos, y lo que es y lo que no es el flamenco, eso no es algo en lo que yo sienta que tengo que meterme. A ese arte le tengo el máximo respeto porque es algo muy serio, más de lo que se da a entender, algo que yo no pretendo ni puedo representar", afirma.

Y sigue y se pregunta. "¿Por qué las cosas no se pueden llamar como son, ni reconocer quiénes las protegieron y las inventaron? Si soy blanca, no me debe de doler nada que sean hechos. Lo que les molesta a muchos es que personas a quienes consideras inferiores a ti te desafíen. Yo respeto mucho a Noelia Cortés y creo que a mujeres como a ella también hay que protegerlas. ¿Por qué atacan a la verdad? Lo único que veo polémico es a quien se pone a la defensiva con el tema es lo que les cuesta llamar a las cosas por su nombre y reconocer de dónde vienen. Creo que cuando se habla de apropiación cultural no es por solo un peinado, una palabra o un paso de baile, es por una dinámica de poder y un sistema económico que no ha cambiado fundamentalmente en 500 años y sigue ahora. En los campos y en la frontera, en las ciudades, en su postureo, en su desprecio y arrogancia, se demuestra la perturbadora herencia de los genocidas. No hace tanto tiempo, hace 70 años, nos estaban quemando vivos a judíos y gitanos en Europa, y hay muchas personas hoy en día a quienes les parecería bien hacer lo mismo. No es por hablar mal, pero es la verdad, yo aquí [en Estados Unidos] lo veo a diario, estamos en situación de guerra civil, la gente está armada hasta los dientes y sé que cada día que pasa es una bendición".

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