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Raperos indígenas: la diversidad de México hecha rimas

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Sus letras hablan de racismo, violencia machista o inmigración y suenan en lenguas originarias

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13 Febrero 2020 01:27

Ha pasado casi medio siglo desde el nacimiento del rap en el Nueva York de los setenta. Y aunque la mayoría de los raperos más populares han surgido en el hemisferio norte, regiones de todo el mundo se han apropiado de esta forma de expresión reivindicativa hecha de rimas y pistas musicales.

Los pueblos indígenas de México no son la excepción. La globalización y la cultura digital han permitido el surgimiento de jóvenes artistas que celebran sus raíces y su lengua, lo cual resulta significativo en un contexto global de pérdida de diversidad lingüística. Según datos del INEGI, solo el 6.6% de la población mexicana hablaba una lengua indígena en el 2015, a pesar de que en el territorio coexisten más de 60 pueblos originarios.

Para la rapera mexicana Ximbo no es rara esta explosión de proyectos musicales de hip hop en lenguas originarias. Ella misma afirmó que así como el rap se nutre de recursos lingüísticos, las culturas ancestrales se han convertido en una mina de oro recién descubierta para sus letras.

Aquí una selección de raperos indígenas que rinden homenaje a sus raíces y que perfilan el diverso panorama cultural del país.

1. Juan Sant

Juan es... Tlaloc escupiendo al padre vuestro!👹

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Juan Santiago Téllez nació y creció en una comunidad totonaca en la sierra norte de Puebla. A los 15 años se mudó a la Ciudad de México y se enfrentó por primera vez a la discriminación por sus orígenes. Pero también conoció el hip-hop gracias a sus amigos del barrio, y comenzó a escribir canciones bajo el nombre de Juan Sant: primero solo en español y luego también en su lengua materna. Sus letras hablan de la discriminación, del indigenismo y del trabajo duro que permite cumplir sueños. Cuenta con un álbum de estudio, El ego de un indio, y se ha presentado en múltiples foros, incluyendo la Cumbre Tajín, en Veracruz.

2. Mare Advertencia Lírika

Se identifica como mujer zapoteca, migrante, feminista, activista y rapera. Se llama Mare y bautizó a su proyecto musical como Mare Advertencia Lírika, el sello con el que se posiciona contra la violencia machista, la discriminación racial y el capitalismo, y a favor del empoderamiento femenino, la despenalización del aborto y la vida comunitaria. Es originaria de Latuvi, en la sierra de Oaxaca, y comenzó su carrera artística hace más de 17 años. Mare se asume como alguien que vive en pie de lucha pero al mismo tiempo reivindica la fiesta y la alegría que distinguen a la vida colectiva en comunidades como la suya. Su álbum Siempre Viva puede escucharse en su canal de YouTube.

3. Pat Boy

Pat Boy rapea en lengua maya desde Pino Suárez, Quintana Roo. Conoció el hip-hop gracias a uno de sus seis hermanos, quien salió del pueblo para estudiar y a su regreso le presentó música nueva. Lo que al inicio fue sólo un hobby, se convirtió en una vocación y una celebración de la cultura y la forma de vida mayas para Jesús Cristóbal Pat Chable. “Con el rap empecé a aprender más de mi cultura, empecé a investigar, a escuchar historias de mis abuelos [...] Vi que la gente lo aprecia más, además es música cultural”, dice el rapero en el documental La raíz doble, realizado por Mardonio Carballo. A sus 24 años, Pat Boy tiene muy claro que el rap maya es su camino. En 2017 presentó su primer disco Yo soy Màasewàal.

4. Zara Monrroy

Zara Monrroy se presenta a sí misma –en español y en su lengua materna– como “pescadora y artista comca’ac”, una nación asentada en Sonora comúnmente conocida como seri. Ella utiliza la vestimenta tradicional y un maquillaje también típico de su comunidad para expresarse a través del rap, así como de otros ritmos a los que en conjunto describe como una “fusión ecléctica”. Zara creció rodeada de músicos gracias a su padre, quien dirigía la agrupación musical de su comunidad cristiana. Las letras de la cantante y poeta hablan de temas como el amor entre las personas, el respeto hacia el medio ambiente y el unión entre los pueblos. Monrroy canta en su lengua para dar a conocer al mundo la riqueza de su cultura comca’ac.

5. Mixe Represent

En las letras del álbum Mixecano se combina el mixe (o ayuujk) con el español para hablar de la importancia de la lengua, las costumbres y la cultura mixe en general. Su autor es César Alex Antúnez, originario de Tamazulapam, Oaxaca, quien se presenta ante al mundo como S.D.B o Mixe Represent. Su primer acercamiento con el rap surgió en los noventa gracias a los cassettes que le compraban sus hermanos en la capital oaxaqueña. Él reconoce que una de sus mayores influencias fue una agrupación de rap chicano llamada Proyecto Akwid. Desde que César se propuso incursionar en el mundo del hip-hop, ha grabado varios demos y se ha presentado en foros de todo el país. En su última producción colaboran músicos de dentro y fuera de su comunidad.

6. Za Hash

Zarahí Tejeda es la creadora del proyecto musical Za Hash, además de ser docente y licenciada en comunicación intercultural. La cantante mazahua, originaria de Jocotitlán, Estado de México, mezcla el rap, el reggae y la música autóctona para celebrar el valor de su lengua ancestral. El mazahua no fue su primera lengua, ni la de sus padres, y esa es la razón por la que quiso rescatar el idioma de sus abuelos y compartirla con los jóvenes de su comunidad. Parte de sus letras están también en español, pues Zarahí sabe que cada lengua es una forma distinta de relacionarse con el mundo. Rapea sobre naturaleza, sobre ser mujer mazahua y sobre sus raíces comunitarias. Su voz se puede apreciar a partir del minuto 1’05’’ en el siguiente video.

7. Una Isu

Miguel Villegas Ventura nació en Juxtlahuaca, Oaxaca, pero dejó su pueblo mixteco a los siete años. Él y sus hermanos solo sabían hablar en mixteco cuando se establecieron con sus padres en Fresno, California. Tuvieron que aprender de tajo el español y el inglés, dos idiomas que ahora Miguel combina con su lengua materna en su proyecto de rap originario, Una Isu (que en mixteco quiere decir “ocho venado”). Utiliza sus rimas para luchar contra la discriminación y defender los derechos de los migrantes indocumentados en Estados Unidos. Su álbum trilingüe La reconquista, pudo financiarse gracias a su trabajo en el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales. “Ahora soy trilingüe / ya no me harás menos”, canta Una Isu en el tema Mixteco es un lenguaje.

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