Rosalía, en boca de todos, rompiendo todos los récords, ha contestado al youtuber Jaime Altozano que analizó en un vídeo el último disco de la cantante, El Mal Querer. En él, Altozano desgrana los acordes, melodías, contrapuntos y armonías para defender a ‘El Mal Querer’ y a Rosalía de los que dicen que ambos son “un producto pensado por alguna gran empresa” o que “tiene que haber un genio maligno detrás de su éxito porque si no, no tiene sentido”.
“Quiero explicaros por qué creer en Rosalía es literalmente lo contrario a creer en el terraplanismo”. El argumento central de Altozano era este: que afirmar que la cantante era el producto comercial ideado por una discográfica era una teoría conspiranoica como la del terraplanismo. En su negación de que Rosalía sea el ensamblado de una empresa y en su defensa del talento como motor de éxito, del que Altozano como exitoso youtuber se hacía partícipe, estaba obviando, como señaló el filósofo Ernesto Castro, “que YouTube y Spotify son empresas, y que los Estados y las clases sociales funcionan como marcas, como marcadores de posibilidades”.
Sea como sea, el aplauso de Altozano ha llevado a Rosalía a grabar una serie de stories en Instagram este domingo en los que hablaba de su propio disco, apoyándose en algunos comentarios del vídeo del youtuber. Sobre la polémica de ser o no un producto comercial de una empresa, o de que en la estrategia de dicha empresa resida su éxito fulgurante, Rosalía contaba lo siguiente:
“Hace 3 meses que firmé por primera vez como artista con una compañía. Hasta ahora, mi primer disco lo había sacado licenciándolo, lo que significa que dejas que la compañía distribuya tu trabajo. Lo he hecho en este momento porque creía que el proyecto, es un proyecto grande, El Mal Querer, necesitaba que mi equipo creciera. Y a la vez, también sentía que mi equipo en Sony, pues, puedo confiar en ellos, porque ellos confían en mi visión como artista. Y no he tenido que cambiar nada de lo que hago, ni mi visión, ni aquello que quiero hacer, ni cómo lo quiero explicar”.
