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Artículo Dijo que fue violada a punta de cuchillo. Luego aseguró que se lo había inventado todo Culture

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Dijo que fue violada a punta de cuchillo. Luego aseguró que se lo había inventado todo

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¿Por qué mentiría alguien sobre algo así? ‘Unbelievable’, la nueva serie de Netflix basada en hechos reales que nadie creyó, nos da la respuesta

Gemma Cuadrado

26 Septiembre 2019 22:32

Era verano de 2008. La temperatura era perfecta. Empezaba a anochecer y el calor sofocante de la tarde había menguado por completo. Marie estaba tumbada en su cama mientras hablaba por teléfono con Jordan. Como de costumbre, tras más de dos horas de divagaciones para ocupar su tiempo y hacerse algo de compañía, los dos amigos se despidieron para ver si conseguían dormir.

Pocas horas después no fue el despertador lo que despertó a Marie.

Cuando abrió los ojos, todavía era de noche. Por unos segundos sintió esa terrible sensación que uno experimenta cuando le despiertan de golpe durante la fase más profunda del sueño. Pero el aturdimiento le duró muy poco. Aquello no era un sueño. El hombre que la miraba fijamente desde los pies de su cama era totalmente real.

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando se percató de que aquel desconocido de sudadera gris no solo estaba encapuchado; su mano derecha sujetaba un enorme cuchillo. El resto pasó muy rápido, o quizá demasiado lento.

El hombre se abalanzó sobre ella, la amordazó y la ató con unos cordones de zapato. “Si gritas, te mato”, le susurró al oído. Después le vendó los ojos y todo se volvió, si cabe, más borroso para Marie.

El extraño sacó de una bolsa unas medias hasta los muslos, tacones de plástico transparente, lubricación, una caja de toallitas húmedas y agua embotellada. Durante las siguientes cuatro horas, la violó repetidamente. Documentó el asalto con una cámara digital y amenazó con publicar las fotos en línea si ella contactaba a la policía. Luego desapareció.

Marie volvía a estar sola en su habitación. Tras unos minutos totalmente inmóvil y con las manos temblorosas, finalmente consiguió desatarse. Lo primero que hizo cuando logró levantarse fue llamar a Jordan, pero no respondió. Luego marcó el teléfono de su madre adoptiva. Tampoco. ¿Quién iba a cogerle el teléfono en mitad de la noche?, pensó. Luego llamó a su vecina de arriba. Fue ella, la vecina, quien llamó al 911.

creedme

Al día siguiente, Marie se acercó a la comisaría de Lynnwood, Washington, para denunciar lo ocurrido y someterse a un exhaustivo examen clínico. El informe médico señaló abrasiones en las muñecas de Marie y en su vagina. El hematoma en su muñeca derecha medía 6.5 centímetros, el de su muñeca izquierda, 7 centímetros.

Las muestras de ADN arrojaron resultados mixtos. Redujeron el campo de sospechosos a hombres con un determinado perfil genético. Pero no había suficiente material para identificar a un solo individuo.

Después de cinco semanas, la investigación seguía sin tener ningún sospechoso. Entonces se produjo un giro inesperado: llamada a declarar de nuevo, Marie se retractó de su informe.

“Me lo he inventado todo”, dijo sin apenas parpadear.

El poder de la duda vs. la fuerza de creer

La historia de Marie Adler llenó las portadas de todos los periódicos. ¿Cómo podía alguien mentir sobre algo así?

En realidad, Marie nunca mintió.

Su relato sobre lo sucedido aquella noche puede que fuera impreciso e incluso contradictorio en algunos detalles. Pero era real. Lo que pasó es que nadie quiso escucharla, y mucho menos creerla.

A excepción de las detectives Karen Duvall y Stacy Galbraith.

Ellas no quisieron conformarse con aquella extraña retractación y empezaron una ardua investigación por su cuenta. A pesar de tener a la comisaría de Lynnwood totalmente en contra, consiguieron destapar la verdad.

Los periodistas T. Christian Miller y Ken Armstrong narraron la búsqueda de esa verdad de forma magistral en An Unbelievable Story of Rape, un reportaje que les hizo merecedores de un Premio Pulitzer. Ahora, Netflix vuelve a contar la verdadera historia de Marie en Unbelievable (Creedme en España).

A lo largo de sus ocho episodios, Unbelievable muestra no solo la brutal experiencia de una violación, sino la revictimización por parte del sistema policial que acusó a Marie de mentir.

Los minutos iniciales pueden llegar a ser insoportables. Incomodan por la manera en la que Marie se ve obligada a contar lo que le acaba de suceder una y otra vez y reflejan la frialdad y la despersonalización de los procesos a los que se tiene que enfrentar una víctima de abuso sexual.

Marie parecía tranquila en comisaría. ¿Demasiado como creer que acababa de sufrir una agresión sexual? Los detectives del caso se habían enterado de que la chica se había pasado media vida en centros de acogida. ¿Una infancia complicada podría haberla llevado a mentir sobre algo así?

“¿Puedes volver a contarnos lo que ocurrió?”. “¿Podrías concretar un poco más?”. “¿Estás segura de esto?”. “Tus versiones se contradicen, se nos hace muy difícil creerte”. “¿Empezamos otra vez desde el principio?”. “¿Estás buscando llamar la atención?”. “¿Qué puedes decirnos sobre esto?”. “Si no nos das una respuesta no podremos irnos”.

Tras varias semanas de preguntas, la chica, exhausta, solo tuvo ánimos para balbucear, algo aliviada, que la violación “podría haber sido un sueño”, para acabar concluyendo que, en realidad, “no había ocurrido en absoluto”. Se acabó, lo tenían. ¿No era eso lo que querían oir?

Volver a explicar la historia de Marie es necesario porque vuelve a poner sobre la mesa el debate tantas veces invisibilizado sobre lo desprotegidas y sojuzgadas que se sienten las mujeres víctimas de violencia sexual.

Porque cuando la verdad es incómoda, lo más fácil es no creerla.

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