Dos trabajadores de una ambulancia drogados pierden al herido grave que trasladaban

Benidorm, cuna del turisteo español: playa, chiringuitos, jubilados, guiris y fiesta. Mucha fiesta.

La noticia parece una escena de alguna secuela de Resacón en Las Vegas: “Dos sanitarios drogados "pierden" a un herido grave en Benidorm al trasladarlo al hospital”. Pero no, ni es una broma ni parte de un guión.

El sanitario y el conductor de la ambulancia salieron durante la madrugada del lunes al martes a recoger a un turista británico que había resultado herido en una pelea. Al regresar al hospital, volvieron de manos vacías. Según explicaron, el paciente se había puesto violento y se había marchado por su propio pie del vehículo.

Dieron positivo en cocaína y marihuana.

Su coartada se fue a pique cuando la policía vino a obtener información sobre el estado del herido para poder añadirla al atestado. Sorpresa, ni rastro del herido. En Urgencias no tienen ni idea, y en el Centro de Información y Coordinación de Urgencias, tampoco. Así que la policía localizó al conductor y al sanitario para preguntarles directamente.

La policía encontró más tarde al herido inconsciente en una cuneta y, al haber notado una actitud un poco extraña en la pareja, volvieron al hospital para hacerles un test de alcohol y drogas. Efectivamente, ambos iban colocados de cocaína y marihuana. Habían perdido al paciente y, lejos de dar parte, prefirieron volver a su trabajo silbando y haciendo como si nada.

Los sanitarios fueron detenidos por un supuesto delito de omisión de socorro, con el agravante de ser funcionarios de la salud y conducción bajo el efecto de las drogas.