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Así era tener un restaurante de éxito en la España de Franco

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Nadar&Thirault/Arte PlayGround
 

Vecinos que te delatan, alcoholismo y palizas de los grises: "Puedes hablar de todo en tu bar. Pero por tu vida, no hables nunca de política”

Rosa Molinero Trias

03 Mayo 2018 13:14

Abrir un restaurante es una gesta casi heroica. Una insensatez, opinan algunos. Cavarse un pozo sin fondo de deudas y más deudas, económicas y personales. Pero esto de la restauración, dicen, es un virus contagioso al que, en España, le sobran víctimas. Contra todo pronóstico, el francés Antoine Deregnacourt decidió mudarse a La Coruña (Galicia) a principios de los 70s para abrir su restaurante, el O Bistro. Su objetivo: hacerse rico. Y lo consiguió. Pero nadie le contó que en tiempos del dictador Francisco Franco, llevar un negocio como este le iba a llevar a la locura.

Por las visitas de la policía secreta, que lo grabaron confirmándose como anarquista.

“¿Es usted ateo porque es comunista?”

-¡No, joder! ¡Me cago en los cabrones de Moscú! ¡Soy anarquista! ¡No hay peor enemigo!

Nadar&Thirault, ¡Salud! (Astiberri, 2018)

Por las multas insospechadas, cuando apagó la pantalla en el momento que aparecía la bandera franquista.

“No puedes apagar la tele mientras está la bandera en pantalla. Hay que esperar a que desaparezca. Has debido de apagar antes y alguien lo ha visto”, le explicará Iria, su pareja.

Nadar&Thirault, ¡Salud! (Astiberri, 2018)

Por no poder hablar de política con los parroquianos, porque nunca sabía quién le iba a delatar.

“Antoine, puedes hablar de todo en tu bar. De fútbol, del tiempo, incluso criticar a tus vecinos. Pero por tu vida, no hables nunca de política”, le dirá uno de sus mejores clientes.

Nadar&Thirault, ¡Salud! (Astiberri, 2018)

Y porque cuando eres alcohólico, como Antoine, el dinero y la paranoia nunca encontrarán ninguna botella para maridar. De nada valdrán los esfuerzos de su pareja Iria para hacerlo entrar en razón. El alcohol, menos efímero en sangre que el éxito, arrasará con todo: negocio, familia, casa, amigos, amor.

Esta historia basada en hechos reales la cuentan el dibujante Pep Domingo (Nadar, que fue Premio del Público en el Salón del Cómic de Barcelona en 2014) y Philippe Thirault en ¡Salud! un cómic que hoy 3 de mayo sale a la venta publicado por Astiberri, que también publicó el durísimo Quiéreme bien, una historia de maltrato. Con un dominio magistral del cromatismo, que a la vez que le da el aire vintage necesario para transportarnos 40 años atrás, consigue generar una expresividad inusitada, ¡Salud! explora la debacle que se cierne sobre un personaje enfermo y en conflicto con sus propios sueños y deseos.

De paso, es un retrato perfecto de las penurias del pequeño comercio para subsistir antes las mil y una dificultades donde llegaban los sucios tentáculos del franquismo tardío.

Thirault contaba para Branches Culture cómo dio con esta historia: “Un día me encontré a Antoine, que hoy tiene 71 años. Sobrevivió. Sobrevivió a los que le querían dar miedo y a su apetito por la autodestrucción. Me contó un episodio de su vida. Aquel de un pequeño francés que viajó a España a mitad de los 70s, cuando Franco agonizaba, para tutearse con el éxito. Bebimos café, y nada más que café”.

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