Acusan de antisemita y antimusulmán al partido animalista que lidera la propuesta: "No es legítimo que el trato a un animal dependa de las creencias religiosas"
Europa enfrenta una problemática que involucra dos cuestiones de la mayor importancia: la libertad religiosa y los derechos de los animales. Porque en un momento histórico en el que se promueven leyes para asegurar que los animales puedan morir sin sufrir, ¿cómo pueden el animalismo, la libertad religiosa y las prácticas kosher y halal llegar a convivir?
Con una población cada vez más sensible al sufrimiento animal, la legislación europea tiene que hacer la vista gorda ante los sacrificios religiosos judío y musulmán, que requieren que el animal esté plenamente consciente cuando se seccionan su arterias carótidas y yugular a la par que el esófago.
Este es hoy un tema candente en Holanda, en el que el Partido Animalista Neerlandés, que lleva 7 años proponiendo medidas en el Parlamento, ha vuelto a la carga para presentar una legislación que prohíba el sacrificio religioso. Siguen la línea de países como Bélgica, Dinamarca, Estonia, Alemania, Lituania, Noruega y Suecia, donde ya existen normas que prohíben o limitan el sacrificio religioso de animales.
Ouwehand y Thieme del partido animalista holandés
De momento, este año han entrado en vigor en Holanda unas medidas para reducir el sufrimiento animal. La primera, que se pondrá un límite a la cantidad de animales sacrificados mediante estos ritos, que deberá ser la estrictamente necesaria para abastecer a las comunidades. Y la segunda, que se debe disparar a un animal cuando siga sintiendo dolor 40 segundos después de haberle cortado la carótida y la yugular, según la prueba del reflejo corneal.
Pero esto no satisface a nadie.
Un reportaje de The New York Times abordaba la situación y preguntaba a los actores directamente implicados por su opinión, en una época en la que el odio hacia los musulmanes y los judíos ha repuntado en Europa.
La opinión de Motti Rosenzweig, el único matarife del único matadero de los Países Bajos donde se sacrifican animales según el rito kosher solamente una vez a la semana, opina lo siguiente: “Quieren disparar al animal después de degollarlo, y ahí es donde empieza el problema. Le disparan un pedazo de metal al cerebro y dicen que eso es aturdimiento. Tú dime qué es más compasivo”.
Por su lado, el presidente del Consejo de Organizaciones Musulmanas, Rasit Bal, que representa a miembros de 450 mezquitas neerlandesas, afirma que “algunas comunidades musulmanas lo entenderán como una suerte de odio musulmán o sentimiento antimusulmán”. Y añadió que por la gran variedad de halal existente, piensa que las nuevas medidas no afectarán a la vida comunitaria.
Moshe Kantor, presidente del Congreso Judío Europeo, declaró para que “si nuestras costumbres no son bienvenidas, entonces tampoco lo son nuestras comunidades”.
Desde el Partido Animalista Neerlandés tampoco están de acuerdo con esto ni con los límites al número de sacrificio y sentencian: “Ya no es legítimo que el trato de un animal dependa de las creencias religiosas de su matarife”.
[Vía The New York Times]
