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Polémica con la creación del primer hotel del mundo solo para obesos

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Un reality de TV ha enviado a sus concursantes a este hotel. Si no pesas más de 114 kilos no eres bienvenido

Rosa Molinero Trias

24 Octubre 2017 12:46

“Ya tengo planeado mi funeral”. Son las palabras de Alice, una mujer con obesidad mórbida. Ella participa en The 18-30 Stone Holiday, el reality que estrena ITV en Reino Unido esta semana y que pretende documentar las experiencias de personas obesas en un resort de lujo de la isla de Eleuthera (Bahamas) adaptado y exclusivo para ellos.

Ami y Adam, una de las parejas que participan en el show, afirman que esta será su segunda luna de miel. Y tal vez la primera que disfruten. “Nuestra primer luna de miel la pasamos discutiendo mucho porque yo no quería ir a la piscina, ya que podía ver que había gente que lucía perfecta”. Mortificada por cómo salía en las fotos de su boda, las eliminó casi todas.

Somieres y váteres reforzados, sillas de un metro de ancho, tumbonas que soportan hasta 254 kilos, puertas más amplias, 8 kilómetros de playa privada, buffet libre de comida ‘reconfortante’ y caribeña. “Es un santuario. Un lugar donde puedes venir y pasar unas buenas vacaciones sin ningún tipo de juicio”, dice el dueño de The Resort, James King, que ya está planeando abrir dos hoteles más diseñados para tallas extra grandes en el Caribe y en Escocia.

El show se hace con la idea de My 18-30 Holiday, la agencia de viaje que más dolores de cabeza nos da a los españoles en verano. La razón: trae a nuestras costas a ingleses que han pagado poco por mucha fiesta y más alcohol. Pero en esta ocasión el rango de edad se cambia por el rango de peso: 18-30 stone son entre 114 y 190 kilos, que una de las concursantes supera.

Puede parecer jocoso o directamente lo parece. Porque no olvidemos que la vulnerabilidad de unas personas que padecen una enfermedad muchas veces derivada de problemas psicológicos y del abuso de la sociedad se convierte en espectáculo cuya respuesta tendrán que encajar.

Sin embargo, la idea del reality, según sus productores, en que los participantes “confronten los prejuicios que normalmente encuentran por culpa de su talla. Se les retará a enfrentar sus peores miedos, se les inspirará a encontrar una nueva confianza para superar sus vergüenzas en una semana que puede transformar sus vidas”.

Esto incluye asistir a clases de autoestima con la modelo de talla grande Melanie Cohen y hablar de sus problemas y sus experiencias más graves.

De momento, los concursantes parecen estar de acuerdo con lo beneficioso que ha sido el programa. Así lo expresa uno de ellos, David, para el Portsmouth: “No es un show de gente que pierde peso de los que se suelen ver en la tele, ya que no somos concursantes, sino un documental donde nos abrimos sobre nuestras vidas y contamos cómo hemos llegado hasta aquí”.

Y añadió: “Normalmente, cuando la gente mira a alguien obeso, todo lo que ve es su peso. Pero detrás de ese peso, hay una historia vivida por esa persona que desconocen”. Fue su caso, puesto que tras una ruptura empezó a ganar peso y llegó a perder su casa y sus amigos.

Alice, por su lado, explicó para el Nottingham Post que le encantaría volver. “Creo que es el sitio perfecto al que tienes que ir si tienes problemas con tu cuerpo o de autoestima. Allí te aceptan”. Destacó además que fue muy terapéutico hablar de cómo cada uno había llegado hasta allí y que se dieron cuenta que todos sus problemas tenían que ver más con la salud mental que con comer de más.

Pero para llegar a esas conclusiones, se escucharon frases muy duras de los propios participantes. “Esta es mi peor foto. He llegado a esta talla en la que me he convertido en un monstruo”, dijo uno de ellos en una de las actividades de la terapia. “Es horrible oír hablar de esta manera a la gente sobre sí misma”, dijo otra mujer.

No es la primera vez que se produce un reality bajo el mismo nombre. En 2003, la misma cadena que también ha emitido programas basados en el peso de sus participantes (The Biggest Loser o Weight Loss Ward) recibió la desaprobación de WeightWatchers por un show similar en el que los participantes pasaban una primera semana reunidos para vencer sus miedos y otra en un resort con otras personas de vacaciones.

En aquel momento, la agencia de medios Zenith, dijo que el programa se creía con el derecho y el discurso vacío y victimizador del que quiere restaurar la autoestima de los participantes y permitirles los placeres simples que el resto de nosotros damos por hecho. “Una explicación más simple es que podemos reírnos de los gordos mientras todavía es legal”.

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