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Una madre indignada destapa la mala alimentación en las guarderías españolas

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Explota con el menú infantil que le dan a su hijo: “Llevo 16 meses haciéndolo bien y ahora todo lo que construí está a punto de destruirse”

Rosa Molinero Trias

21 Junio 2018 12:01

“Nunca habría imaginado ver lo que vi”. Parece la voz en off que da comienzo a una peli de terror, pero en realidad es el testimonio de una madre indignada al ver el menú de la guardería de su hijo.

“‘Perdona, ¿mi hijo también comerá croquetas, palitos de merluza, salchichas? Y esto del colacao… ¿por qué se le da a niños de un año?’. Aún me acuerdo de la cara que puso la señorita al ver mi cara de pánico”.

Estas son las palabras de María, una madre malagueña que para poder expresar su indignación usa este pseudónimo por temor a que la guardería pueda ponerle las cosas difíciles a su hijo. No es un problema de esta guardería en particular. En el resto de jardines de infancia que visitó en Málaga, a excepción de uno, encontró el mismo tipo de menús muy poco equilibrados que no quería para su hijo.

“Llevo 16 meses haciéndolo bien y ahora todo lo que construí está a punto de destruirse”

Muchos zumos y poca fruta, proteínas animales a tutiplén, postres azucarados y ningún plato con las verduras como protagonista. María, que desde que nació su hijo, ha estado trabajando duro para que se alimente de forma correcta, siguiendo los consejos de una nutricionista, veía cómo todos sus esfuerzos iban a echarse a perder. “Llevo 16 meses haciéndolo bien y ahora todo lo que construí está a punto de destruirse”, se lamentaba.

Esta madre indignada no se creía lo que veía. Y tampoco entendía cómo podían servirle esos alimentos a niños tan pequeños. ¿Quién vela por la alimentación de nuestros niños cuando no comen en casa? Si bien hay varios documentos oficiales para diseñar unos menús conforme a una alimentación sana y equilibrada a los centros educativos, su aplicación pierde fuerza al tratarse de recomendaciones cuya acogida es voluntaria, como la Guía Catalana para la Alimentación en la Primera Infancia, el Documento Consenso, el programa Perseo o la Estrategia NAOS de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, EvaCole de la Junta de Andalucía, o la Estrategia Naos.

Lo malo de todo esto es estos menús están pensados y publicitados especialmente para niños. Son lo que se llama el ‘menú infantil’, comunes en guarderías, en escuelas y en restaurantes. Son aquellos que de primero sirven espaguetis a la boloñesa, de segundo escalope de pollo y de postre natillas. ¿Te suena? ¿Por qué nos hemos dejado convencer de que los niños necesitan comidas adaptadas?

"¿Dónde está escrito que los niños, por ser niños, tienen que comer nuggets en lugar de pollo?"

"¿Dónde está escrito que los niños, por ser niños, tienen que comer nuggets en lugar de pollo? ¿Por qué tiene que haber una ‘primera galleta’, un ‘primer yogur’?". Se lo pregunta Jéssica Gutiérrez del Pino, dietista y nutricionista en SaludNutritiva. “Eso es lo que nos quiere hacer creer la industria. Pero, en realidad, los niños comerán aquello a lo que les acostumbres a comer”. Gutiérrez del Pino señala la importancia de proporcionar una alimentación saludable y trabajar para que el niño acepte, por ejemplo, la coliflor.

Y cuesta. Es un esfuerzo que requiere tesón y paciencia y también es un esfuerzo económico difícil de asumir por igual para todas las familias: el niño rechazará la comida varias veces, por muy cara que te haya costado, hasta que la acepte. No poder permitirte enseñar a comer bien a tu hijo desde el principio puede suponer estar cultivando la obesidad desde edades tempranas. Para no desistir, pediatras como como Eric Ball, del Children’s Hospital en Orange County, California, recuerdan algo que parece obvio, pero con la obsesión de alimentar suficientemente a los niños, se nos olvida: los niños están más dispuesto a comer cosas nuevas cuando están hambrientos. “Tal y como le decía una pediatra hace 40 años a mi suegra: ‘Espera que coman una comida, jueguen con una comida e ignoren otra comida'”, contaba para NPR.

"Espera que coman una comida, jueguen con una comida e ignoren otra comida”

El testimonio de María es iluminador: “Primero me compré unas mallas donde metía la comida y una especie de chupete gigante donde ponía la fruta y las patatas cocidas y él lo iba chupando. Luego me atreví a darle las piezas enteras y al ver su cara de satisfacción me di cuenta que era lo mejor que estaba haciendo. Estoy muy orgullosa de cómo come mi bebé, a pesar de los malos ratos que me he llevado, porque esto no es nada fácil, seamos sinceros. Hay días en los que me agobiaba porque no sabía cómo lo iba a hacer, tenía que salir de casa y me encontraba con todo la cocina llena de trozos de comida, mi ropa y la de él manchadas y había quedado en media hora…"

Tal y como asume María y recuerda Jéssica Gutiérrez del Pino, es responsabilidad de los padres seguir al pie del cañón, salten por la cocina cuencos de uvas o crucen el aire proyectiles de zanahorias. “El primer año de vida es el momento idóneo para ofrecerle todos los sabores y texturas posibles para que vayan adaptando sus propios gustos alimentarios. Y hablo de verduras, legumbres, cereales, carnes, en su forma real. No adaptaciones alimentarias a la comida de un adulto”, cuenta la nutricionista.

"Estoy muy orgullosa de cómo come mi bebé, a pesar de los malos ratos que me he llevado, porque esto no es nada fácil, seamos sinceros"

Hace no tantos años, era esta la forma más normal de alimentar a los niños en todo el mundo. De hecho, en la India existe toda una ceremonia para celebrar la primera vez que un bebé come alimentos sólidos, llamada Annaprasana. Familia y amigos bendicen al niño diciendo: “De ahora en adelante, comerás cosas que no son la leche de tu madre y estás bendecido. Ten por seguro que esto te sentará bien y que esta nutrición te hará crecer”.

Yogur, lentejas y arroz son algunos de los primeros alimentos que Sundaram, madre de Ashwin y Janani, les dio a sus hijas en sus primeros meses de vida, tal y como contó para NPR Y a partir de los 7 meses, comenzaba un despliegue de sabores todavía más intensos: como la sopa india rasam, picante y especiada, mezclada con un poco de mantequilla y arroz para suavizarla.

En la India existe toda una ceremonia para celebrar la primera vez que un bebé come alimentos sólidos, llamada Annaprasana.

La postal podría ser maravillosa, pero de momento la realidad es otra más gris. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria lo explicaba así: “Hoy en nuestro país la pobreza infantil se manifiesta como malnutrición, es decir, desequilibrio nutricional con aportes de baja calidad nutritiva pero, desafortunadamente, más baratos: productos precocinados, derivados cárnicos de alto contenido en grasa, bollería industrial, lo que se relaciona con unos mayores niveles de obesidad infantil”.

Iniciativas como la campaña 'Mi Primer Veneno', de Justicia Alimentaria, ponen los puntos sobre las íes en cuestión de alimentación infantil. Tanto que consideran los productos diseñados para los niños como “una estafa enorme”. Lo más preocupante, decía para PlayGround su director, Javier Guzmán, “es que este tipo de alimentación genera un paladar que se acostumbra a lo dulce y condiciona el resto de su alimentación. La industria lo sabe y de ahí que los productos más insanos de todos se dirijan a la población infantil”

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