PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Rescatan la acuarela de un pájaro en la Antártida abandonada durante 118 años Life

Life

Rescatan la acuarela de un pájaro en la Antártida abandonada durante 118 años

H

 

La famosa expedición del capitán Scott murió en el Polo Sur. Un siglo después un recuerdo renace del hielo: “Es una pieza tan bella. No podía creer que estuviera allí”

claudio moreno

27 Octubre 2017 12:33

En una cabaña perdida. En medio de la Antártida. Custodiada por pingüinos. Cuando los especialistas recuperaron el material que el capitán Robert Scott había dejado atrás en una expedición al Polo Sur, encontraron que entre los objetos lucía una joya especialmente bien conservada: la representación en acuarela de un pájaro muerto.

Acuarela original

La pintura llevaba 118 años olvidada entre papeles cubiertos de excrementos de pingüino. Apareció dentro de una litera en la cabaña del Cabo Adare –la más antigua del Ártico– y fue realizada por el Dr. Edward Wilson, uno de los expedicionarios que en 1911 acompañaron al oficial Scott a una ruta de la que jamás volverían.

Cabaña del Cabo Adare

“Cuando vi la pintura me asusté tanto que cerré la cartera de nuevo” cuenta la restauradora Josefin Bergmark-Jimenez, una de la personas contratadas por Antarctic Heritage Trust para devolver algo de brío a los 1.500 artefactos hallados en la cabaña de Scott. De aquel descubrimiento, lo que más le sorprendió fue, sin duda, la realista representación del pájaro: “Al sacar la acuarela del portafolio no pude dejar de mirarla: los colores, la vitalidad… Es una pieza tan bella. No podía creer que estuviera allí”.

La encontraron en septiembre de 2016, pero los conservadores mantuvieron el secreto un año para trabajar tranquilamente en la restauración del material. De partida ignoraron su procedencia y trabajaron en dos hipótesis: o era de la expedición de Norwegian Carsten Borchgrevink en 1899 –ellos construyeron la cabaña–, o era de los hombres del capitán Scott.

Finalmente, el misterio quedó resuelto después de que Bergmark-Jiménez asistiera a una conferencia sobre Wilson. Reconoció en un escrito la letra del expedicionario. Wilson formó parte de las expediciones del famoso oficial de Marina (británica) Robert Scott para ejercer las funciones de científico, médico y, ahora podemos decirlo, talentoso pintor.

También se sabe –afirma The Guardian–que visitó la localidad portuaria de Lyttleton, en la región centroriental de Nueva Zelanda, y que allí pudo haber visto al pequeño pájaro de la familia Certhidae.

Incluso se sospecha un dato aún más preciso. Según la gerente del programa para la conservación del hallazgo: “Es probable que Wilson lo haya pintado mientras se recuperaba de la tuberculosis en Europa . La obra pudo viajar con él en 1911, y de alguna manera consiguió llegar del Cabo Evans hasta el Cabo Adare”, especula Lizzie Meeke.

Interior de la cabaña del Cabo Adare

Una vez llegó a la cabaña su conservación fue un milagro sencillo: la acuarela sobrevivió a las temperaturas extremas porque estuvo apretada entre hojas de papel, en condiciones de frío y oscuridad. “De hecho es la mejor forma de conservarla”, dijo Bergmark-Jimenez.

share