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Artículo Los papás ricos de Hollywood prefieren el yoga en lugar de vacunar a sus hijos Life

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Los papás ricos de Hollywood prefieren el yoga en lugar de vacunar a sus hijos

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Las tasas de vacunación infantil en las escuelas de Los Angeles ya están por debajo de los países más pobres de África y crecen los casos de enfermedades infantiles casi erradicadas en el siglo XIX

Marc Casanovas

26 Septiembre 2018 15:31

Un zumo 100% crudivegano de manzana, remolacha, espinacas, jengibre, pimienta, aceite de orégano y sal marina puede parecer una merienda nutritiva para un niño al salir de clase, pero nunca será una alternativa fiable a ningún medicamento si está enfermo.

Eliminar la comida basura llena de azúcares añadidos de la dieta de tu hijo y apuntarlo a clases de yoga infantil puede ser un subidón de padres ricos con falta de autoestima, pero nunca será una solución para dejar de vacunar a un niño en edad escolar.

Los Angeles se está convirtiendo en la ciudad anti vacunas de los EE.UU y Hollywood en su meca. Esto es lo que denuncia el exhaustivo estudio publicado en The Hollywood Reporter que señala directamente con el dedo acusador a los culpables: los padres con alto poder adquisitivo.

Mapa interactivo en The Hollywood Reporter

Un mapa intelectivo de esta revista ha destapado un alarmante fenómeno: la ciudad corre el riesgo de sufrir epidemias infantiles propias del siglo XIX porque los padres de familias ricas han dejado de vacunar a sus hijos. Concretamente, escuelas de los vecindarios de Malibú, Santa Monica y Beverly Hills marcadas con puntos rojos ya tienen tasas de vacunación infantil inferiores del 60 o 70% del total del alumnado. Cifras propias de los países más pobres de África como Sudan del Sur o el Chad. La “pequeña” diferencia entre ambos ejemplos es que los primeros no se vacunan por desdén y los segundos por guerras civiles y falta de recursos que afectan directamente a madres e hijos.

La investigación de The Hollywood Reporter se ha centrado en los registros de vacunación enviados al estado por todas las instituciones educativas de Los Angeles y los resultados no dejan lugar a la duda: “los niños ricos del Westside -particularmente aquellos que asisten a centros de cuidado infantil, preescolares y guarderías favorecidas por la industria del entretenimiento- tienen muchas más probabilidades de enfermarse (e infectar a sus hermanos y compañeros de juego) que otros niños en Los Angeles".

Alumnos de un centro Waldorf

La razón es a la vez dolorosamente simple y compleja: cada vez más padres de este grupo demográfico eligen no vacunar a sus hijos y expresan su incumplimiento al enviar un formulario conocido como una exención de creencia personal (PBE) en lugar de la documentación con el calendario de vacunas completado.

La firma de este documento tiene una aceptación infinitamente mayor en zonas ricas con escuelas con educación alternativa en EEUU. Según confirma el último estudio publicado en US National Library of Medicine National Institutes of Health, “las escuelas alternativas tienen una tasa promedio de PBE de 8.7%, en comparación con el 2.1% entre las escuelas públicas".

Y ponen un ejemplo concreto: "las escuelas que siguen la pedagogía Waldorf (enseñanza que según sus palabras tiene como “objetivo principal desarrollar individuos libres, moralmente responsables e integrados, equipados con un alto grado de competencia social”) tuvieron la tasa promedio más alta de PBE del 45.1%, que es 19 veces más alta que en las escuelas públicas”. La conclusión final es que "los niños en estas escuelas pueden estar en mayor riesgo de propagar enfermedades prevenibles con vacunas si las tendencias no se revierten”.

Alumna en una escuela alternativa Waldorf

Buscar los motivos que expliquen el crecimiento sin control del movimiento antivacuna en los barrios ricos de Los Angeles empieza a ser urgente porque el descuido voluntario de unos pocos niños puede afectar al resto de niños de la comunidad. Los expertos en sanidad infantil aseguran que si se pretende que la vacunación alcance un rendimiento pleno, se requiere que el 92% o más de la población quede inmunizada. Unos números que están muy lejos de la realidad actual en una ciudad que languidece en favor de un culto al cuerpo desmesurado, terapias alternativas de pseudo ciencia o, como asegura la jefa de investigación en The Atlantic, “por padres súper egoístas que no se informan”

Lo cierto es que históricamente los casos de tos ferina mataban a miles de niños en EE.UU. en la década de los 50 hasta que se puso en marcha el programa de vacunación infantil contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Gracias a su ejecución en la totalidad de las escuelas casi se erradicó la mortalidad de estas enfermedades entre los niños en edad escolar. Pero según el propio Departamento de Salud Pública de Los Angeles ya se ha producido un peligroso rebrote. Cerca de 8 mil nuevos casos de tos ferina se diagnosticaron en 2014, 267 de los pacientes fueron hospitalizados, 58 requirieron cuidados intensivos y 3 menores de 2 meses de edad fallecieron.

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