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Esta pequeña joya del Caribe ha quedado deshabitada 300 años después

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"Ha sido un monstruo, la gente y la isla no tenían ninguna posibilidad de resistir"

C.M.

18 Septiembre 2017 13:42

La isla de Barbuda es un paraíso natural ubicado al norte de Antigua, en el Mar Caribe. Su fina arena rosada y sus costas ricas en arrecifes de coral y viejos pecios (pedazos de barcos hundidos) la convierten en un enclave único para los amantes del submarinismo. Además, Barbuda es un santuario de la fragata real, ave marina también conocida como rabihorcado. En definitiva, la isla es un tesoro conservado a conciencia por sus 1800 residentes.


Y acaba de ser arrasado.

El huracán Irma ha golpeado con tanta fuerza la pequeña isla caribeña que, por primera vez en 300 años, la zona ha quedado completamente despoblada. Las zonas agrícolas ahora son tierras pantanosas y todo está llena de animales muertos y moscas.

“El daño es total”, explicó Ronald Sanders, embajador en EEUU de Antigua y Barbuda (Estado al que pertenece la isla). “Es un desastre humanitario, por primera vez en 300 no hay una sola persona viva en la isla. Su civilización ha sido extinguida”.

Los 1.800 residentes de la isla se vieron obligados a abandonarla tras el huracán Irma, una tormenta especialmente virulenta que devastó los escasos 100 kilómetros cuadrados de masa terrestre sobre el Atlántico. El grueso de la población evacuada se está quedando en Antigua.

A preservar la isla ante el paso del ciclón no ayudó su orografía completamente plana ni la baja calidad de los edificios del terruño. “Tenemos que darnos cuenta de que las tormentas están aumentando en intensidad y que hay que construir edificios para resistirlos, lo que significa que todos los códigos de construcción deben ser revisados al alza”, apuntó el embajador en una entrevista para EFE.



“Este huracán ha sido un monstruo, la gente y la isla no tenían ninguna posibilidad de resistir”. Según las estimaciones de su Administración, se necesitarían alrededor de 200 millones de dólares para que Barbuda se recupere.

 “Somos una comunidad pequeña (el Producto Interior Bruto de Antigua es de mil millones de dólares al año); no podemos permitirnos asumir esta responsabilidad por nosotros mismos. Barbuda no es solo un desastre, es una crisis humanitaria. Tenemos la esperanza de que la comunidad internacional nos ayude no porque lo queramos, sino porque de verdad lo necesitamos”.


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