PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo Ana Frank también hablaba de sexo, ¿y qué? Lit

Lit

Ana Frank también hablaba de sexo, ¿y qué?

H

Imagen: Arte PG
 

Como la adolescente que era cuando escribió su tremendo testimonio, Ana Frank también habló sobre sexualidad, prostitución y relaciones sentimentales

Luna Miguel

16 Mayo 2018 13:24

Escribió unos cuantos comentarios guarros y luego los tapó.

Ana Frank hizo lo que cualquier otra adolescente a la que se le entrega un diario vacío: llenarlo de verdad, de experiencia, de terrible dolor. Y a veces, entre esas cosas, también se colaría el sexo. Durante décadas, sus palabras han inspirado a muchos, y han supuesto uno de los testimonios en primera persona del horror de la guerra en Europa.

Desde hace años, lo que la joven escribió con su puño y letra ha sido analizado hasta la saciedad. Hasta el punto en que los investigadores han tratado de desvelar incluso el contenido que se escondía tras sus tachones, tras las páginas que ella misma desechó o que pegó para que fueran ilegibles, como era el caso de las 78 y 79 de su primer diario, consideradas durante décadas como un enigma.

Ahora la Casa Museo de Ana Frank en Holanda y el Instituto Huygens para la Historia Holandesa han conseguido analizar su contenido, y resulta que lo que han encontrado es aquello que la niña quiso ocultarnos, quizá por pudor, durante tantísimo tiempo: algunos chistes verdes, algunos comentarios sobre educación sexual, algunas apreciaciones sobre aquello que a los hombres “les gusta tanto, y a las mujeres menos” o sobre aquello por lo que a veces esos “hombres normales” pagan.

El descubrimiento ha hecho mucho ruido, pero tampoco supone un gran cambio con respecto a lo que ya conocíamos de la intimidad de Frank. Otras partes del diario desvelaban pensamientos sobre su propio cuerpo o sus relaciones con el joven alemán Peter van Pels. Partes, por cierto, que en las primeras ediciones del diario habían sido censuradas por el padre de la adolescente pero que ahora podemos encontrar impresas y traducidas en decenas de idiomas.

Hoy el retrato íntimo de Ana Frank ha quedado un poco más al descubierto. La única diferencia con lo que ya sabíamos es que esta información ella quiso ocultarla deliberadamente. Teniendo en cuenta que esos diarios son lo único —y suficiente—que pudo dejar para la posteridad, ¿no teníamos que haberla respetado?

(Vía The Guardian)

share