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¿Distopía feminista? Lo de Sophie Mackintosh es realismo crudo

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Sophie Davidson
 

En 'The water cure', su primera novela, la novelista galesa imagina un mundo en el que los hombres son literalmente tóxicos para las mujeres

Eudald Espluga

09 Enero 2019 17:23

Has tenido esta sensación: leer una noticia tan escalofriante que te bloquea la mente, provocándote una sensación de irrealidad. A veces basta con un solo titular, con la mera idea de los hechos que han ocurrido. Ni tan solo hacen falta los detalles.

La última vez que me ocurrió, esta misma semana, fue después de conocer que un grupo de niños de 12 y 14 años estuvieron agrediendo sexualmente a una niña de 12 durante un mes. La sometieron a chantajes diarios, en los que la amenazaban con hacer pública una foto de ella desnuda, que le habían tomado por la fuerza. "A la fábrica o captura" era el mensaje de WhatsApp que utilizaban para someterla.

No sorprende, entonces, que frente a quienes califican su narrativa bajo la etiqueta de "distopía feminista", la novelista galesa Sophie Mackintosh responda que lo suyo no es una "distopía". Por mucho que esté ambientada en un futuro próximo, el retrato de la sociedad que presenta no es una inversión nefasta de los valores actuales -como se supone que hacen las distopías- sino que se limita a documentar fríamente lo que pasa en nuestro día a día. ¿Distopía feminista? No, es la misma sensación de ahogo que uno tiene cuando hace scroll down en Twitter.

the water cure

"Ves muchas historias realmente molestas. Es algo puede destrozar todo tu día. Te enfadas y hasta llegas a sentirte enfermo", reconocía la propia autora. "Así que no creo que sea demasiado difícil imaginar un mundo en el que una pueda enfermar por culpa del patriarcado. No me propuse escribir un libro feminista, pero creo que cuando escribes un libro centrado en voces femeninas y exploras lo que significa ser una mujer en el mundo, es difícil que no sea feminista".

Publicada en mayo de 2018, The water cure es la primera novela de Mackintosh, y con ella ha conquistado la escena literaria anglosajona con una rotundidad que recuerda al debut de Sally Rooney. Esta semana Makintosh protagonizaba la portada de 'The New Yorker', mientras que su novela ha sido recurrentemente elogiada en todos los grandes medios, literarios y generalistas. Finalista del Man Booker y celebrada por Margaret Atwood, The water cure imagina un futuro no muy diferente al nuestro, en el que el cambio climático ha llevado el planeta a una situación de crisis extrema en la que los hombres se han vuelto literalmente tóxicos para las mujeres. Por ello, las tres hermanas protagonistas viven escondidas y asiladas, ya que el contacto con los hombres podría ser letal para ellas.

Aunque abundan las comparaciones con El cuento de la criada, Mackinotsh se siente más cercana a Las vírgenes suicidas. En primer lugar, porque uno de los temas más importantes de la novela es la relación entre la violencia y el deseo: en cierto modo, The water cure puede leerse como un ensayo contrafáctico sobre la realidad -y la opresión- del deseo femenino. En segundo lugar, porque formalmente se aleja de los relatos tradicionales de fantasía y ciencia ficción: como explica Rhiannon Lucy Cosslett, The water cure es una obra de estructura episódica y poética, con una prosa onírica que difícilmente encaja con los géneros tradicionales.

No por casualidad, las principales influencias de la autora han sido figuras como Angela Carter, Shirley Jackson o Stephen King, que le despertaron un temprano gusto por lo macabra. Sophie Mackintosh nació en Pembrokeshire, en el país de Gales, en 1988. Como explica ella misma, creció junto a su hermana y sus siete primas en una familia "matriarcal", en la que su abuela era la figura capital. El lenguaje ha sido para ella un instrumento importante desde pequeña, ya que el galés era la herramienta que utilizaban con su hermana para que su madre no pudiera entenderlas. Sin embargo, desde muy joven, Mackintosh ha estado trabajando desde en todo tipo de sitios que no tenían nada que ver con la literatura -principalmente en Starbucks y de camarera- hasta que su primer manuscrito se convirtió en un hit que tuvo que subastarse entre 7 editoriales.

Desde entonces, y gracias al éxito cosechado tras la publicación, Mackintosh puede dedicarse profesionalmente a la escritura y ya está trabajando en su segunda novela, titulada Blue Ticket, en la que imagina un mundo alternativo regido por una lotería general en la que se decide a través de este sistema qué niñas serán madres y qué niñas no, aliviándolas así de "la terrible carga de la elección". Con un planteamiento que recuerda La lotería solar de Philip K. Dick, se presenta como "una investigación astuta y urgente sobre el libre albedrío, la expectativa social y el difícil espacio de la maternidad" y su publicación está prevista para la primavera de 2020, en la editorial Hamish Hamilton.

Así, a través de la ciencia ficción, la literatura de Sophie Mackintosh está abordando y continuando una discusión política y cultural apremiante, que poco a poco va dejando su huella en el mundo de la literatura. Y así como la escritora Lucía Baskaran afirmaba en un reportaje sobre 'la generación' de jóvenes autoras españolas que "etiquetar de feminista una obra escrita por una mujer solo por el hecho de que sus personajes femeninos sean complejos es una trampa", la reivindicación de Mackintosh va en la misma dirección. ¿Distopías feministas? No, realismo crudo sobre temas universales.

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