Una conversación sobre guerra y suicidio económico en Cataluña con el outsider del independentismo Alfons López-Tena
Los efectos del tira y afloja entre Cataluña y España con el procés independentista comienzan a ser preocupantes. Estos son solo algunos titulares de la última semana:
“Casi el 25% de los españoles asegura hacer boicot a productos catalanes”
“Cerca de 2.300 compañías han salido ya de Cataluña desde el referéndum del 1-O”
“Las empresas alemanas no se fían de Cataluña y empiezan a frenar sus inversiones”
“Barcelona queda fuera de la carrera por la Agencia Europea del Medicamento, según FT”
Además, como recuerda Vidal-Folch, podemos sumar "la caída de un tercio de las ventas de coches, la parálisis de los créditos inmobiliarios para inversión (aún no para uso propio); (...) el derrumbe de reservas hoteleras; y la postergación de inversiones internacionales (hasta el 55%, según la encuesta de Kreab (Spain as an investment opportunity)".
Ante este panorama, hablamos con Alfons López-Tena. Fue fundador, en 2010, del partido Solidaritat Catalana per la Independència junto al expresidente del Barça Jan Laporta. Notario y exCiU, también fue vocal del Consejo General del Poder Judicial y ahora mismo escribe en medios internacionales, sobre todo, sobre Cataluña.
Para él el escenario no puede ser menos alentador: una ruina económica impulsada sin freno por los independentistas y la estrategia electoralista de Madrid. El resumen de la situación quedaba plasmado en las imágenes de la huelga minoritaria y política del 8 de noviembre: trabajadores atrapados entre estudiantes anticapitalistas y policías que —ya bajo las órdenes del Gobierno central— se quedan mirando.
"Yo que he estado en un sitio como el CGPJ y no en los gobiernos, sino en núcleo duro del Estado, te puedo decir que en esos círculos solo se piensa: que se quemen en su caldo", dice López-Tena.
A pesar de que las previsiones del PIB español se han rebajado por la crisis catalana, España parece dispuesta a pagar el precio de la resistencia económica para movilizar a quienes están en medio, de cara a las próximas elecciones autonómicas de diciembre. El mensaje es claro: o votáis anti-independentismo, o no llegaréis a trabajar o tendréis que cerrar la fábrica por culpa de los independentistas.
Por el otro lado, la minoría más creyente sigue apretando a la economía con la esperanza de que los sacrificios se transformen en una República y en la liberación de unos presos a los que ni Amnistía Internacional considera "políticos" o de "conciencia". Pero nadie —a excepción de la izquierda anticapitalista, los más fervorosos seguidores del mito (que han pagado la fianza a Forcadell), o el propio Estado— está por perder pasta a costa de, por ejemplo, dos tipos, los Jordis, a los que apenas conocían antes del 1-O.
"Yo que he estado en un sitio como el CGPJ y no en los gobiernos, sino en núcleo duro del Estado, te puedo decir que en esos círculos solo se piensa: que se quemen en su caldo"
Alfons López-Tena
Y aunque nadie esté dispuesto a perder pasta, la pasta se está perdiendo. La fuga de empresas, y en esto tienen razón los independentistas, no supone un golpe a la economía real. Dice López-Tena: "En un capitalismo de amiguetes e intervencionista como el español, a ninguna empresa le compensa estar en Barcelona. Ahora que hay confusión política han aprovechado para cambiar las sedes. Primero dicen Alicante, pero el objetivo es Madrid."
Ni siquiera el supuesto boicot a los productos catalanes tiene una medición real: "Son solo encuestas, pero es imposible fijarte en la etiqueta de cada producto para boicotearlo".
Pero para el notario, lo que sí tiene un impacto en la economía real es "un escenario en el que se declara una independencia sin acuerdo, sin reconocimiento internacional y totalmente dependiente de un grupo de extrema izquierda".
"Ante esto, se paralizan inversiones y caen los valores de las compañías en bolsa. Los inversores no piensan demasiado: al mínimo ruido se van, y ya les puedes explicar lo que quieras", añade, y asegura que se ha paralizado una inversión por encima de 2.000 millones de dólares procedente de un fondo soberano.
López-Tena visualiza los próximos meses como inciertos e inestables, de datos macro negativos demoliendo la economía cotidiana de miles de ciudadanos. "Todo depende del Gobierno que se forme", apunta.
La situación, sin embargo, parece eternizarse. Para López-Tena los responsables del procés han renunciado al farol del independentismo con el que solo querían conseguir más autonomía pero nunca la independencia real. Se han echado atrás, y ahora tienen en los procesos judiciales la nueva fase reivindicativa del procés: Llibertat, amnistía, Estatut d'Autonomia!