Lo que comenzó como un encierro universitario por la igualdad de derechos ha acabado con medidas reales contra la desigualdad
La ola feminista ha acabado tomando Chile. Lo que comenzó como encierros en universidades, ha seguido en forma de movilizaciones y multitudinarias manifestaciones en la calle que han logrado un apoyo del 71% de los chilenos a favor del movimiento feminista.
El movimiento de aquellas universitarias que hace casi un mes se encerraban en la Universidad de Chile, ahora se ha extendido a 30 universidades más y ha llegado hasta el mismo presidente Sebastián Piñera, que a riesgo de acabar hundido bajo la corriente, ha decidido sumarse. “Yo también he cometido errores y haré todos los esfuerzos para corregir estas conductas”, ha entonado el presidente a modo de disculpa por el machismo transversal de la sociedad chilena.
Para expiarse de culpa, el Gobierno ha presentado este miércoles una lista de medidas para corregir la desigualdad de género que incluyen un cambio en la Constitución. “Hoy ha llegado el tiempo de asumir nuestra historia y nuestra realidad, con sus luces y sombras, para poder marcar un antes y un después en la forma en que tratamos a nuestras mujeres”, ha señalado el presidente.
La reforma de la Constitución servirá para establecer como deber estatal la promoción y garantización de la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres. También se legislará de urgencia sobre dos proyectos de ley, uno contra la violencia dentro de las relaciones y otro sobre la igualdad en la administración del patrimonio conyugal, donde aún ahora los hombres tienen preferencia.
“Yo también he cometido errores y haré todos los esfuerzos para corregir estas conductas”, ha entonado el presidente a modo de disculpa por el machismo transversal de la sociedad chilena.
El Ministerio de Educación también deberá comenzar a elaborar un plan de asistencia y acompañamiento con protocolos en prevención de acoso y abuso sexual, una de las banderas de aquellas universitarias que comenzaron las tomas feministas. Entre sus peticiones primigenias, también se encontraba la de una educación no sexista y más presencia femenina en cargos de responsabilidad. Esta última también entra en el plan de Piñera, donde el Gobierno además buscará acabar con la tremenda brecha salarial del 31,7% entre hombres y mujeres.
Las estudiantes feministas han valorado positivamente el paso dado por Piñera pero aún así han asegurado que convocan una nueva manifestación para el próximo 6 de junio. “Hoy día no vamos a bajar la mano”, sostienen. Después de convertir este mes en el mayo feminista de la historia chilena, saben que aún queda trabajo.