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Artículo Rompen silencio sobre cientos de abusos sexuales cometidos por curas en México y Chile Now

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Rompen silencio sobre cientos de abusos sexuales cometidos por curas en México y Chile

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De acuerdo a la ONG CRIN, Latinoamérica es una de las regiones más afectadas del mundo por abusos infantiles de la iglesia católica

21 Noviembre 2019 00:51

Latinoamérica se enfrenta a la tercera ola de abusos sexuales a menores por parte de miembros de la iglesia católica, con más de mil denuncias en solo cuatro países: México (al menos 550 casos), Chile (243), Colombia (137), Argentina (129).

Después de la polémica desatada en 2002 en Estados Unidos y su continuación en Europa-Oceanía, América Latina se convierte en el epicentro de una realidad silenciada que carece de instituciones judiciales efectivas, afecta a miles de menores y vulnera sus derechos humanos.

La organización británica Child Rights International Network (CRIN), cuyo foco es la defensa de los derechos de los niños y niñas, llevó a cabo una exhaustiva investigación que refleja la alarma social derivada de los abusos infantiles en Latinoamérica. Se trata del primer estudio global del fenómeno en los 18 países de habla hispana de la región, además de Brasil.

“[En Latinoamérica] el número de denuncias era muy bajo en comparación con otros países con poblaciones católicas mucho más pequeñas, entonces quisimos centrarnos en una región donde todavía no se había producido un destape de revelaciones”, informa el estudio.

Ya en 2014 CRIN realizó una investigación internacional sobre abusos por parte de la institución eclesiástica, y el resultado reflejó que América Latina se sitúa en el top mundial de regiones afectadas; allí son enviados los sacerdotes acusados de abuso en Estados Unidos y Europa.

En esta ocasión, el informe proporciona una fotografía de la situación actual con base en el número de casos denunciados, el papel de la legislación y la respuesta de las instituciones, aunque las investigaciones todavía se enfrentan a una gran falta de información para poder proporcionar una visión completa.

Por ejemplo, ni Cuba, ni Ecuador, ni Honduras han oficializado el problema de abusos sexuales a menores por parte de representantes de la iglesia católica; tampoco lo ha hecho Brasil, a pesar de ser el mayor país católico de la región.

El informe puntualiza a Brasil porque existe un documento interno del Vaticano que calculó en 2005 que uno de cada diez sacerdotes brasileños estaba implicado en abusos infantiles. Esto equivale a mil 700 curas. La falta de investigación e información en las autoridades y medios de comunicación, quienes permiten que los abusos salgan a la luz y se divulguen públicamente, ha silenciado una realidad imperante.

Trabas a la solución del problema

1. Falta de transparencia

Uno de los problemas que cortan el paso a la transparencia informativa es el encubrimiento de información por parte del clero: “oculta sistemáticamente la identidad de los acusados y no remite los casos a las autoridades civiles”, señala el informe.

CRIN pone de manifiesto que la institución religiosa también culpa a víctimas y familiares, pagan por su silencio o recurren a manipulación psicológica; así fue el caso de la arquidiócesis de Cali, Colombia, donde una psicóloga amenazó a los niños abusados con que irían al infierno y perderían el juicio si delataban a la iglesia.

“A la Iglesia le interesa mucho cuidar su imagen. El Episcopado saca un número, pero no se sabe nada de ellos, no son localizables", explicó el exsacerdote Alberto Athié a El País, en relación a la lucha contra la pederastia clerical en México.

Allí, 2019 empezó con la denuncia contra un legionario de Cristo acusado de abusar de al menos ocho niños. La iglesia se vio forzada a revelar que en los últimos 9 años, 157 curas fueron suspendidos y 101 procesados ante la justicia eclesiástica.

2. Justicia parcial

También las trabas legislativas a las que se enfrentan algunos países latinoamericanos merman la posibilidad de conseguir justicia. En algunos estados de México o en Venezuela, no está permitido hacer una acusación por delito sexual si el acusado ha contraído matrimonio con la víctima.

Otro caso que pone de manifiesto los impedimentos a los que se enfrenta el poder legislativo para regular los abusos ocurrió en México, donde se creó una comisión para investigar los abusos, pero esta fue compuesta por “miembros incondicionales de la iglesia”, criticó Athié. Frente a esto, el estudio de CRIN señala que son necesarios nuevos órganos de investigación independientes.

Entre los casos más sonados, dos curas argentinos, Nicola Corradi y Horacio Corbacho, están siendo juzgados por abusar de casi una treintena de menores sordos. Si bien esto ha visibilizado el problema, todavía no se han visto cambios significativos en la iglesia católica, afirma la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico.

El informe de CRIN pretende ser un “recurso útil para organizaciones nacionales y grupos de presión de América Latina que desean abogar por reformas legislativas nacionales y la creación de investigaciones públicas”.

3. Censura periodística

Los intentos de aplacar a los medios de comunicación son un denominador común en América Latina: en Colombia, el periodista Juan Pablo Barrientos, autor de Dejad que los niños vengan a mí, asegura que las cifras a las que se tiene acceso no corresponden a una situación que es mucho más grave. Su libro ha sido objeto de varios intentos de censura en distintas ciudades.

“El cardenal Rubén Salazar dijo el 11 de marzo de 2019 que son más de cien los casos de sacerdotes pederastas y abusadores en todo el país; la Fiscalía General dice que solo tiene 57 denuncias, pero mi investigación, basada en decenas de denuncias a las que he tenido acceso y después de entender la figura del Archivo Secreto y las dinámicas del derecho canónico, contradice esos números”, publica Barrientos.

El silencio se rompe (aunque no del todo)

Esta tercera oleada de denuncias brinda esperanza para aquellas víctimas que estuvieron y están silenciadas; sin embargo, al mismo tiempo alerta que la situación todavía es abrumadora, grave e intolerable.

Latinoamérica sigue enmudecida en muchos casos, sobre todo en comparación con otras partes del mundo donde sí existen denuncias masivas de víctimas, una implicación seria y reiterada de la Fiscalía o la creación de comisiones gubernamentales, según afirma BishopAccountability.org.

“La lección que hemos aprendido de los países de todo el mundo es que un largo silencio puede presagiar los mayores escándalos de abusos. La oleada de revelaciones en América Latina sigue creciendo y se espera que los grupos de sobrevivientes en países como Argentina y Chile inspiren a los de otros países de la región para alzar la voz”, manifiesta el informe de CRIN.

Por su lado, el obispo auxiliar de Bogotá, Monseñor Luis Manuel Alí Herrera, reconoció en entrevista con DW que "debemos hacer un esfuerzo cada vez mayor para que las víctimas puedan acercarse y denunciar. En muchos casos, por el contexto cultural en algunos países latinoamericanos o en sectores rurales, las personas tienen vergüenza de que sean conocidas”.

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