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Austria deniega el asilo a un gay afgano por “no vestirse ni caminar como un gay”

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Getty
 

“Ni tu forma de caminar, ni tu comportamiento, ni tu ropa dan a entender que podrías ser gay”, le han dicho

Rubén Serrano

17 Agosto 2018 13:02

Las autoridades austríacas han denegado la solicitud de asilo a un joven afgano gay, porque no actúa como un típico hombre gay. El joven, de 18 años, huyó de Afganistán por miedo a ser perseguido por ser homosexual. Pero, según la organización Queer Base que ayuda a refugiados desde Viena, los responsables de otorgarle el estatus de refugiado no consideran que cumpla con las características del gay prototípico que tienen en mente.

“Ni tu forma de caminar, ni tu comportamiento, ni tu ropa dan a entender que podrías ser gay”, remarca la resolución con más de 100 páginas y de la que se hizo eco el diario Falter.

Según señala el polémico informe, el solicitante en cuestión, cuyo nombre permanece en el anonimato, “se metía en peleas con sus compañeros de habitación”, lo que significa que podía ser “potencialmente agresivo y eso no se espera de un homosexual”.

La imagen estereotipada de cómo se supone que debe ser un hombre gay para las autoridades austríacas afectó directamente al solicitante durante su estancia en el centro de refugiados. El informe apuntaba que el joven en cuestión tenía pocos amigos y que pasaba mucho tiempo solo, lo que les llevó a cuestionarlo de nuevo: “¿no se supone que los homosexuales son sociables?”.

Queer Base ha señalado que el chico afgano fue consciente de su orientación sexual desde que tenía 12 años y vivía en su país de origen, algo que también han puesto en duda desde Austria. Las autoridades han reflejado que esa edad es “muy temprana” para darse cuenta de que es gay y que viviendo en Afganistán eso era poco probable, dado que en el país “no hay “estimulación sexual pública ni en moda ni en anuncios”.

Tal y como recoge The Guardian, el ministerio del Interior del país centroeuropeo ha alegado que este caso “no refleja la realidad” y que “los solicitantes de asilo deben justificar sus razones”. Según han aclarado, “las autoridades deben demostrar” cómo han verificado cada petición y, en eso, “las impresiones individuales” que se obtienen de las entrevistas son esenciales.

Los motivos dados por los responsables en Austria para denegar la petición de asilo son preocupantes. En primer lugar, evidencian una total ignorancia de lo que supone ser homosexual en Afganistán. Ser gay en el país asiático es ilegal e incluso se condena con prisión o pena de muerte, aunque esto último no sea común aplicarlo. En palabras de Human Rights Watch, fingir ser gay para conseguir asilo es algo muy extraño ya que, según Queer Refugees, es mucho más común que los refugiados LGTB+ esconden su sexualidad por temor a ser perseguidos si vuelven a su país. “Muchos de ellos tienen que hacer frente a estigma y vergüenza”, afirma Marty Huber de esta organización.

En segundo lugar, pensar que a todos los gais se les nota que son gais es un pensamiento reduccionista basado en el rol de género. No todos los gais tienen pluma, ni visten de forma llamativa, ni todos son series sociables ni tienen un temperamento pacífico. Los gais, como las personas son diversas, y no un cliché que responde a las pautas que marca un manual.

Las autoridades competentes deberían tener presente que no se reparten carnés de homosexualidad, que es muy difícil y sesgado justificar que alguien es gay por su expresión de género y que no hay edad adulta ni país en el mundo que haga más factibles que alguien sea homosexual.

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