Condenan a sacerdotes que violaron a niños sordos en Argentina

42 años de cárcel. Esa la fue la sentencia que recibió el sacerdote italiano Nicola Corradi por el abuso sexual de 25 niños y adolescentes en el Instituto Antonio Provolo para Sordos, en Mendoza, Argentina.

El cura Horacio Corbacho, su colaborador y cómplice, fue condenado a 45 años de prisión; mientras que el jardinero de la institución, Armando Gómez, fue sentenciado a 18 años por el abuso de dos niños.

El año pasado, también Jorge Bordón, un empleado administrativo, admitió abusos contra cinco menores y fue sentenciado a 10 años de cárcel.

Este caso provoca estremecimiento. Algunas de las víctimas eran de apenas 4 años de edad y muchas de ellas no podían comunicar lo que les habían hecho, debido a su discapacidad. Los más grandes eran obligados a abusar de los pequeños. Los agresores amenazaban a los pequeños con matar a sus familiares si contaban lo que ocurría.

Aunado al sufrimiento de las víctimas, está la impunidad que generó indignación: años atrás, Nicola Corradi había sido acusado de cometer abusos similares en Verona, Italia, sin que el Vaticano hiciera nada al respecto.

Hace 10 años, 67 alumnos del Instituto Provolo de Verona denunciaron abusos sufridos en las décadas de 1950 y 1980, pero los delitos habían prescrito y las autoridades judiciales no pudieron intervenir.

En 2016, Corradi fue nuevamente señalado, esta vez ya en Argentina, cuando el presidente del Movimiento de Sordos de Mendoza y su intérprete de señas expresaron los abusos del Instituto Provolo ante la legisladora Daniela García.

La investigación comenzó y detuvieron a un grupo de sospechosos, entre ellos dos monjas, una de ellas directamente acusada de abuso. Ambas aún están bajo proceso. Además, revisan denuncias de abusos en otro Instituto Provolo, también dirigido por Corradi, pero en La Plata.

En 2017, el papa Francisco, nacido en Argentina, ordenó una investigación de las denuncias, pero hasta ahora, las autoridades eclesiásticas no han dado a conocer avances de su indagatoria ni si han aplicado sanciones.

Romper el silencio

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