Carrie Gracie lleva 30 años trabajando en el medio pero no está dispuesta a ser valorada peor solo por ser mujer
Carrie Gracie, periodista de la BBC, ha dimitido de su puesto como editora en China después de denunciar que existe desigualdad salarial en la cadena.
La veterana periodista, con más de 30 años de experiencia en la BBC, asegura que en la empresa existe un sistema de salario “opaco e ilegal” por el que se remunera mejor a los hombres que a las mujeres en puestos similares.
Gracie hizo pública esta historia después de anunciar que rechazaba su puesto como editora en China, puesto que lleva ocupando cuatro años, precisamente tras conocer estas desigualdades salariales. En la carta, que se puede leer en su web, Gracie asegura que las sospechas sobre esta desigualdad salarial son compartidas entre el resto de redactoras y editoras. Y que ahora, más que sospechas, son evidencias.
Según el comunicado de Gracie, la BBC ha negado el problema durante años.
"En treinta años en la BBC, nunca he intentado convertirme en la protagonista y nunca he criticado públicamente a la organización que amo. No estoy pidiendo más dinero. Creo que ya estoy bien pagada, especialmente como alguien que trabaja para una organización financiada con fondos públicos. Simplemente quiero que la BBC cumpla con la ley y valore a hombres y mujeres por igual”, subraya el escrito, citando a la Equality Act de 2010 que establece que hombres y mujeres que realizan un trabajo igual deben recibir igual salario.
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Gracie, periodista especializada en política china, asegura que ha renunciado a su puesto como editora en la corresponsalía de Pekín al conocer los salarios de los dos últimos editores. “En los últimos cuatro años, la BBC ha tenido cuatro editores internacionales, dos hombres y dos mujeres. El pasado julio me enteré de que los dos hombres ganaron al menos un 50% más que las dos mujeres editoras”, reza el escrito.
En julio del año pasado, la BBC se vio obligada a revelar los salarios de los empleados que ganaban más de 150.000 libras al año. Entre esos nombres figuraban Jon Sopel, editor internacional en EEUU, y Jeremy Bowen, editor en Oriente Medio. No figuraba el nombre de ninguna editora, lo que significa que las dos editoras recibieron un salario inferior.
Gracie, asegura, que por ahora espera continuar trabajando en la redacción de Reino Unido “donde espero que me paguen por igual”, relata.