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Artículo El espacio podría ser declarado pronto como ‘zona de guerra’ Now

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El espacio podría ser declarado pronto como ‘zona de guerra’

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Los escenarios de ciencia ficción empiezan a convertirse en realidad

23 Octubre 2019 13:28

Este artículo fue originalmente publicado en The Conversation. Se republica aquí bajo licencia Creative Commons.

En una próxima cumbre a celebrarse a principios de diciembre, se espera que la OTAN declare el espacio como un "dominio de guerra", en parte como respuesta a los recientes desarrollos tecnológicos.

Si declara que el espacio es una zona de guerra, la OTAN podría comenzar a usar armas espaciales que podrían destruir satélites o misiles enemigos entrantes. Pero, ¿cuál es esta tecnología y cómo podría ocasionar una guerra?

Por primera vez en la historia de la tecnología espacial, Rusia ha lanzado un satélite comercial específicamente diseñado para encontrarse con otros satélites. El propósito de este vehículo es pacífico: realizará tareas de mantenimiento en otros satélites en órbita.

El hecho de que las empresas comerciales tengan esta capacidad probablemente significa que las potencias militares mundiales también pueden hacerlo. Esto ha llamado la atención de la OTAN. Si un país o empresa puede maniobrar sus propios satélites cerca de otros, entonces puede hacerlo con fines militares o de sabotaje, posiblemente sin detección.

Otro de los acontecimiento que ha llamado la atención de la OTAN ha sido el reciente aviso de Francia de construir satélites "guardaespaldas" armados con ametralladoras o láseres. Esta acción responde a la declaración de los Estados Unidos de lanzar una fuerza espacial en 2018. Muchas otras naciones pronto podrán seguir su ejemplo.

La guerra electrónica

Pero, ¿cómo sucederán exactamente el sabotaje y la guerra en el espacio? Uno de los métodos consiste en disparar un intenso rayo de radiación de microondas contra un objeto. Este procedimiento ha sido probado anteriormente por la policía como medio para detener un automóvil a alta velocidad tras desactivar los dispositivos eléctricos del vehículo.

Este método implementado en satélites constituiría un "arma de energía dirigida", permitiendo a las naciones desactivar los satélites de otros países sin crear grandes nubes de escombros orbitales. Potencialmente un país podría hacer que un ataque parezca un accidente y negar su implicación.

El uso del llamado "radio jamming" para interrumpir el radar y las comunicaciones se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Al bombardear un receptor de radio con ruido de radio, uno puede ocultar la recepción de señales genuinas y dejar el sistema inoperativo. Sería como tratar de detectar la luz de una vela contra el resplandor de los faros de los automóviles.

Los satélites se prueban exhaustivamente para detectar ruido de radio autogenerado antes de ir al espacio. Pero si un satélite "hostil" cercano dirigiera deliberadamente transmisiones de radio de banda ancha hacia el satélite objetivo, entonces las comunicaciones podrían verse interrumpidas por completo.

Es probable que la guerra electrónica en el espacio se convierta en una preocupación creciente para los planificadores militares. De hecho, muchos servicios militares de la Tierra ya dependen de la tecnología espacial para trabajar.

Muertes cinéticas y láseres

El método más obvio de interferir un satélite es, de lejos, a través de un proyectil sólido. Los satélites en movimiento tienen una energía cinética y un impulso muy altos. Si un objeto en movimiento más lento se colocara brevemente en su trayectoria, la colisión resultante sería particularmente devastadora.

Los llamados "asesinatos cinéticos" solo se habían utilizado para retirar de la circulación a los satélites al final de su vida, con Estados Unidos, Rusia, China e India como principales ejecutores. Este tipo de retirada consiste en un misil lanzado desde el suelo y dirigido al satélite. Si se apuntara hacia un satélite adversario, este misil sería bastante evidente y las otras naciones podrían rastrearlo con un radar.

Un método algo más sutil sería destruir un satélite que fuera propiedad del país o empresa que lanza el misil para tratar de producir la mayor cantidad de escombros posible, y que estos se colocaran en medio de la ruta orbital del objetivo previsto. Este suceso podría parecer fácilmente un accidente y, de hecho, ya ocurrió de forma fortuita en 2007.

En cuanto a las armas cinéticas en el espacio, las ametralladoras son generalmente problemáticas debido al retroceso involucrado. Si el arma se dispara en cualquier ángulo que no coincida con la dirección exacta de la trayectoria orbital por la que viaja el satélite, se aplica un par de fuerzas, cambiando rápidamente la dirección del mismo. La idea de las armas cinéticas se ha intentado antes. La estación espacial soviética Salyut-3, por ejemplo, estaba armada con un cañón de fuego rápido a mediados de la década de 1970.

En lo que respecta a las armas cinéticas en el espacio, las ametralladoras son generalmente problemáticas debido al retroceso del arma. Si esta se dispara en cualquier ángulo que no esté dentro de la trayectoria orbital del satélite, se torcerá y cambiará rápidamente la dirección del mismo. La idea de las armas cinéticas ya se había intentado antes. La estación espacial soviética Salyut-3, por ejemplo, estaba armada con un cañón de fuego rápido a mediados de los 70.

Los láseres también se consideran armas defensivas, con el fin de eliminar los paneles solares de los satélites atacantes. Sin energía, el satélite no puede comunicarse con la estación terrestre y se pierde. El retroceso de un láser es mucho más pequeño y la falta de atmósfera le permitiría funcionar mejor que desde la superficie de la Tierra.

También se podría usar un láser para cegar la instrumentación de un satélite opuesto, reduciendo así la eficacia del software de encuentro o de puntería.

Los satélites más probables de convertirse en blanco serían aquellos dedicados a la comunicación y observación. Con los nuevos satélites de investigación capaces de reducir las imágenes a una resolución de 30 cm, es probable que las versiones militares sean aún mejores. Una nación sin instalaciones de comunicación o capacidad para observar a otros nunca sabrá quién ha lanzado un ataque contra ellos.

Pero, ¿cómo se vería una guerra espacial desde la Tierra? Si bien las películas de ciencia ficción nos han condicionado a creer que los láseres espaciales usarían luz visible, las longitudes de onda más cortas en realidad producen más energía. Es muy poco probable que desde la superficie se lograra ver algún efecto de la guerra espacial, a menos que una muerte cinética rompiera una nave espacial y sus escombros se iluminaran a medida que volvieran a entrar en la atmósfera. Dicho esto, los ataques aún podrían afectar nuestras vidas en la Tierra, perturbar los GPS, los servicios de televisión e incluso la retirada de dinero en efectivo.

¿Armas nucleares?

El uso de armas nucleares y armas de destrucción masiva en el espacio está actualmente prohibido por el Tratado del Espacio Ultraterrestre y el Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares. Pero no todas las naciones con armas nucleares han ratificado este último, incluidos los Estados Unidos y Corea del Norte.

En la década de los 60, un pequeño número de pruebas nucleares se llevaron a cabo en el espacio, incluida la llamada Starfish Prime. Este ensayo provocó cinturones de radiación artificiales alrededor de la Tierra que continúan detectables décadas después del evento, lo que representa un grave peligro para los astronautas.

Estos cinturones de radiación también desactivaron media docena de satélites en una órbita terrestre baja. Si los resultados del Starfish Prime tienen algo que ver, solo se necesitaría un puñado de detonaciones nucleares más para dejar el espacio totalmente inutilizable para cualquier satélite en las próximas décadas.

Teniendo en cuenta todas estas opciones, resulta importante recordar que, en virtud del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre, el espacio debería usarse solo con fines pacíficos y seguir siendo dominio de "toda la humanidad".

Gareth Dorrian, Post Doctoral Research Fellow in Space Science, University of Birmingham

Ian Whittaker, Lecturer in Physics, Nottingham Trent University

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