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Fijar el talento para que no caiga en la oscuridad de la memoria perdida.
El Hospital de Niños de Seattle asegura que es posible y lo ha practicado en plena operación cerebral deuna adolescente que no quería perder su talento innato: cantar.
Kira Laconetti, de 19 años, ha cantando y actuado en escenarios durante la mayor parte de su vida, pero hace 4 años, comenzó a notar algo extraño cuando cantaba o escuchaba música, un problema grave: notaba que perdía su talento para la música por un raro trastorno llamado epilepsia musicogénica: "Fue como si una luz se apagara en mi cerebro. De repente, estaba sorda, no podía procesar las palabras al ritmo de la música y no podía cantar", dice la joven de Lynden (Washington).
Kira no quiso imaginarse lo peor y asoció el fallo a la fatiga corporal, pero los episodios eran cada més más seguidos y potentes. En el hospital le realizaron una resonancia magnética y encontraron una masa del tamaño de una canica en el lóbulo temporal derecho de su cerebro. Lo bueno es que ya sabía qué era el causante de su trastorno. Lo malo es que era un tumor que le provocaba una tolerancia bajísima a ciertas frecuencias sonoras de algunos tipos de música. “Era una especie de broma retorcida del universo, el tumor estaba justo dentro del área de mi cerebro que controla mi capacidad de escuchar y cantar".
El Dr. Hauptman supo desde el primer momento lo importante que era cantar para Kira y optó por una técnica muy poco convencional mientras le extraía el tumor estando completamente despierta en el quirófano. Le dijo a su paciente que cantara todo lo que quisiera. Kira cantó una de sus canciones favoritas, "Island in the sun" de Weezer. El enfoque poco ortodoxo de esta cirugía cerebral buscaba identificar qué áreas del cerebro utiliza la joven cuando canta para evitar afectarlas durante la extracción del tumor.
Según el hospital, el procedimiento a menudo se emplea para preservar las funciones cognitivas, pero el hospital nunca antes había realizado esta cirugía para reservar talento musical. "Queríamos preservar las cosas que le interesan, como su pasión por seguir una carrera musical", dijo el Dr. Hauptman. Apenas 48 horas después de la cirugía, Kira ya estaba cantando y tocando la guitarra en la cama de su habitación del hospital mostrando un progreso notable.
