La escabrosa historia de la niña adoptada a la que sus padres acusan de ser una mujer adulta que intentó matarlos

En 2010 Kristine y Michael Barnett adoptaron a una niña ucraniana llamada Natalia Grace que supuestamente tenía seis años. Lo que tenía que ser el comienzo de una feliz vida familiar acabó torciéndose un poco: la pequeña era en realidad, según alegan sus padres, una mujer mayor de edad con un raro trastorno del crecimiento óseo (displasia espondilometafisaria congétita) e instintos asesinos. Ahora, el matrimonio está acusado de dos delitos de abandono grave por mudarse a Canadá sin ella. Pero ellos aseguran que lo suyo no fue negligencia, sino una huida para salvar su vida.

Si toda esta historia te suena a Hollywood es porque, efectivamente, existe una película cuyo argumento es prácticamente calcado. Se llama La Huérfana, está dirigida por Jaume Collet-Serra y fue estrenada un año antes de que empezara la pesadilla de los Barnett. Pero tampoco podemos decir que adelantara acontecimientos ya que se basa en otro caso real, el de Barbora Skrlová. Pero volvamos a la dulce Natalia.

Hace nueve años la pareja, que vivía en el Estado de Indiana, decidió ampliar la familia y dar una hermana a sus tres hijos biológicos. En esta ocasión optaron por una adopción exprés en un orfanato de Florida. El proceso de formalización duró 24 horas. En un día, y sin haber tenido ningún tipo de contacto previo, Kristine y Michael se llevaron a Natalia a su nuevo hogar.

Durante los primeros meses, los Barnett trataron de hacer sentir a la niña como en casa, pero pronto empezaron a notar cosas que llamaron su atención. Cuando Kristine vio a la niña desnuda por primera vez, la mujer se percató de que ya tenía vello púbico. Detalles como el vocabulario que empleaba o el hecho que tuviera la menstruación les hicieron sospechar que, quizá, su hija adoptiva no tenía la edad que les habían dicho. Para Kristine, todo aquello era señal de que Natalia no era una niña de ocho años, sino una adolescente tardía, o incluso una mujer adulta haciéndose pasar por alguien de menor edad.

Luego la cosa empezó a ponerse fea de verdad. A menudo, siempre según la versión de los Barnett, abrían los ojos en plena noche para encontrarse a Natalia junto a su cama. Les amenazaba con apuñalarlos, pintaba con sangre los espejos de la casa e incluso llegó a echar lejía en el café de su madre. “Quiero envenenarte”, respondió ella cuando Kristine le preguntó qué estaba haciendo, según su testimonio.

“Hablaba de asesinarnos y hacía dibujos diciendo que quería matar a miembros de la familia, enrollarnos en una manta y enterrarnos en el jardín”, ha explicado Kristine Barnett a la cadena local News 8.

A resultas de esas experiencias, Natalia fue internada temporalmente en una unidad psiquiátrica y sometida a tratamiento. Asustados por el comportamiento de la niña, los Barnett también acudieron a médicos que corroboraron parcialmente sus sospechas: los registros dentales y el desarrollo sexual de Natalia indicaban que tenía más de 18 años en el momento del examen, según esos especialistas.

Por aquella época, la propia niña habría llegado a afirmar ante varias personas que tenía “más de 18 años”, según explica en una carta fechada en 2016 el doctor Andrew McLaren de la Clínica de la Universidad de Indiana, y médico de Michael Barnett.

Otros Informes médicos fechados en junio de 2010, sin embargo, indican que Natalia Grace tenía entonces casi ocho años, la edad que le correspondía según su certificado de nacimiento.

En 2012, los Barnett lograron modificar la edad legal de la niña. De repente pasó a tener 22 años. Cómo lograron realizar ese trámite es una de las grandes incógnitas en este caso. Ese mismo año, la Corte Superior del Condado de Marion, en Indianápolis, dio por buenos informes médicos que señalaban que Natalia habría nacido en realidad en 1989.

En 2013, el matrimonio decidió que ya tenía suficiente de la película de terror en la que se había convertido su vida. Pagaron un año de alquiler de un apartamento en el condado de Lafayette para Natalia, le sacaron un número de la seguridad social, le dieron cupones de comida y se mudaron a Canadá con sus hijos biológicos, sin ella. Pero cuando dejaron de abonar el alquiler y Natalia fue desahuciada, ésta acudió a la justicia denunciando que fue abandonada con nueve años. Fue entonces cuando salió a la luz la historia.

Ahora los Barnett, que en estos momentos están divorciados, están acusados de negligencia grave e imputados por abandono infantil. La acusación se basa en la información que Natalia dio a la policía en 2014. Se desconoce por qué la acusación llega ahora, cinco años después. Tampoco está claro cómo se las arregló Natalia durante el tiempo que vivió sola, siendo supuestamente una menor. O por qué espero todo un año, hasta el momento de ser desahuciada, para denunciar la situación.

Según los testimonios recogidos por algunos medios locales, la niña habría recibido ayuda de algunos vecinos durante ese tiempo. Sin embargo, no existe constancia de que ninguno de esos vecinos reportara la situación a los servicios sociales.

Tras ser interrogados por la justicia, los Barnett han sido puestos en libertad bajo fianza. “Los medios de comunicación me pintan como una maltratadora de niños, pero aquí no hay ningún niño”, insiste la madre en declaraciones al Daily Mail. En el caso de ser juzgados culpables, podrían pasar cinco años y medio de prisión.

Para complicar todavía más las cosas, The Washington Post aseguraba hace unos días que existían contradicciones en las declaraciones de la pareja. Según las declaraciones juradas, el padre habría reconocido que la niña era menor de edad cuando le cambiaron la edad legal y que su exmujer instruyó a la chica para que contara a la gente que tenía 22 años y explicara que solo parecía más joven. No obstante, en la vista del pasado viernes, Michael se retractó. Ambos siguen defendiendo que Natalia no era una niña cuando la adoptaron.

Según el mismo periódico, existen otros misterios que rodean a Natalia Grace. Según la declaración de Kristine, Natalia llegó a Estados Unidos desde Ucrania con una familia que se desprendió de ella cuando “surgieron complicaciones” no especificadas. “Como sentía compasión por su situación, no quise presionarles para que me dieran información sobre qué había ido mal”, dijo Kristine Barnett al Daily Mail.

Sí, en estos momentos ya estamos pasando del cine de terror a la telenovela. Habrá más, seguro.

Lo cierto es que hace cosa de tres años, Natalia Barnett abandonó Lafayette y fue acogida por otra familia, la de Cynthia y Antwon Mans. Según informaciones publicadas por medios locales de Indiana, personas cercanas a la nueva familia de Natalia niegan las acusaciones de los Barnett y afirman que es una adolescente encantadora.

Para acabar de añadir desconcierto a la historia, cabe decir que los Barnett no son una familia anónima. Kristine Barnett es una autora conocida por sus libros sobre crianza y educación especial y ofrece conferencias sobre educación alternativa para niños con autismo. Aquí puedes verla junto a su marido, explicando el caso de su hijo "genio" Jacob (con 17 años ya era doctor en Física Cuántica), en el reputado espacio televisivo 60 Minutes.